Pasado ya el ecuador de la temporada comprobamos con estupor la ausencia de Curro Díaz en las grandes ferias y, la desolación nos invade por completo. Es cierto que, el artista de Linares no logró alcanzar, todavía, el sello de figura o de torero intocable como les sucede a otros que, fracasando todas las veces que el toro les impone –y miren si soy indulgente que les eximo de culpa a los que fracasan- siguen apareciendo en todas las ferias y, la mayoría de las veces, como burla y escarnio para los aficionados que han pagado la entrada.

El bello toreo de Curro Díaz, según Cristina Gálvez

Como sabemos, Curro Díaz es de ese número de toreros reducido que, en repetidas ocasiones, encandiló al público de Madrid, hasta el punto de haber salido en hombros de dicha plaza tras cortar dos orejas; un romance que comenzó hace una década en el mes de agosto y que, pasados los años, dicha “unión” se ha consolidado como un matrimonio indisoluble. Madrid, su plaza de Las Ventas, sabedora de las virtudes de dicho torero, desde aquel lejano día de su confirmación de manos del maestro Frascuelo y con toros del Cura de Valverde, a partir de aquel instante le adoptó como artista y, pese a todo cuanto ha hecho en dicha plaza, más que la mayoría de las figuras del toreo, es por ello que dicha plaza le espera y le respeta.

Cierto es que, para desdicha de este gran artista, los intereses de los empresarios caminan por otros derroteros; es verdad que, como producto “comercial”, Curro Díaz no vale nada; es su arte lo que vale, lo que encandila, lo que conmueve, lo que convence….pero vivimos en la era del estereotipo, en la época en la que se vende una escoba bien promocionada, antes que un libro apasionante.

¿Qué hacer? Es lo que se preguntará el mago de Linares. No hay respuesta ante la incógnita de Curro Díaz que, artista por los cuatro costados puesto que, un pase suyo, artísticamente dicho, vale más que una faena entera de la mayoría de los toreros “consagrados”. ¿Se cree alguien que El Juli, por citar a uno que torea todos los días, es mejor que Curro Díaz? Un trincherazo o pase de la firma de Curro Díaz vale más que mil mantazos del Juli pero, suerte que tengas que el saber poco te vale.

En la época que vivimos, ¿de verdad puede llegar a creer alguien que podemos prescindir de un torero como Curro Díaz? El que lo piense, sin duda comete un error unánime. No creo que haya muchos. Es verdad que, ante Curro Díaz, estamos todos sujetos, tanto él como los aficionados, a lo que digan los empresarios que, de momento, siguen mudos la mayoría de ellos. Y digo yo una cosa de cara a los empresarios: ¿En qué cartel puede desentonar el citado diestro o desequilibrar la balanza artística? Yo creo que en ninguno.

Ahora, como sabemos, los informadores “clásicos” andan sumidos en la labor de las figuras a los que representan y, claro, por dicha razón, nadie se acuerda de este gran artista que, su última gran lección la dio hace unos días en un festival en Alcudia. Nosotros, como aficionados cabales, para nuestra dicha, aunque los empresarios quieran silenciar a Curo Díaz no contratándole, de nuestra parte tendrá siempre nuestro cariño, admiración y respeto puesto que, un artista de su talla no morirá jamás.