Le llaman Jesús y, él solito, sin que nadie se lo pida, ha decidido reaparecer en los ruedos. Tiene el nombre del Padre y, ante todo, el nombre más repetido en este mundo puesto que, todos, en cualquier confín del planeta, cuando alguien estornuda siempre decimos lo mismo en acción de gracias. ¡¡ JESÚS¡¡
Y no es metáfora nada de lo que digo puesto que, Jesús, torero y nacido en Ubrique, vuelve a los ruedos en donde tanta fama ganara y algún dinero debió de ganar puesto que se compró, entre otros muchos artilugios, hasta un tigre. No ha faltado el malpensado de turno para decir que vuelve porque ya está arruinado. Se arruinará, pero aún es pronto.
Este personaje es digno de estudio, más fuera de los ruedos que dentro de los mismos. Es un hombre amable, simpático, dicharachero, maleable, ingenioso, vulgar torero, analfabeto con gracia y, ante todo, un macho ibérico. Se habla del mariconeo que existe dentro del mundo del toro y, este Jesús, el torero más simpático de cuantos he conocido, por lo que dicen las mujeres, folla como un león. Y esto no lo digo yo; lo dicen las mujeres que a diario salen en la televisión diciendo que, su mayor logro en la vida ha sido follar con Jesús Janeiro. ¡ Menudo macho¡ Hasta yo tengo envidia puesto que, unos tanto y otros tan poco.
Al hilo de este personaje que, a cada dos por tres sale en las televisiones de España, debo decir en qué grado se encuentra el intelecto de los españoles, genéricamente dicho, claro. Es lamentable que Sánchez Dragó haga un programa cultural maravilloso y, frente a la pantalla, estemos tres docenas de espectadores y, que salga Jesús en otra pantalla y acapare las miradas de millones de espectadores. Esto, aunque nos duela, es así como lo relato. Y es que nuestro grado cultural es de una altura que asusta. Fijémonos que, en las televisiones de España, en casi todas, a diario se hacen programas para mostrar ante las cámaras a tipos como Jesús, a las mujeres que dicen haber follado con él y a todo la saga de maricones en ristre que pululan por ahí.
Es muy duro ver como profesionales de categoría se quedan en la puta calle, tanto mujeres como hombres, en cualquier profesión y que, en los medios de comunicación importantes, sólo se promocione a gentes, a mujeres que, como hace unos días, una de ellas, al ser preguntada qué profesión tenía respondió: “ Haber follado con Jesulín” Un día, frente a una cámara, aparecieron seis señoritas que, todas ellas, al unísono, decían haberse acostado con el macho ibérico. Y por eso aparecieron en televisión; y por eso les dan cuartelillo, les ofrecen programas y, por consiguiente, les abren las puertas a la fama. Está claro que, en España no hay que ser culto, ni intelectual, ni saber de nada, con ser maricón, puta de algún famoso o cosas similares, el éxito está asegurado.
Este Jesús, el torero que reaparece, el que dijo que los aficionados a los toros caben dentro de un autobús, en esta ocasión, se llevará un chasco tremendo. Quizás él no haya calibrado que, su modismo ya pasó y que, en televisión, puede decir todas las tonterías que le plazcan pero, debería saber que su estrella se apagó. Se trata del torero más vulgar y anodino que existe en el escalafón y que, a su vez, es un crimen ver sentado a toreros inmensos que, por falta de publicidad y apoyo no torean en ninguna parte.
Me pregunto cómo puede este hombre reaparecer. Lo hizo todo perfecto. Siendo un mal torero toreó lo que quiso y en todos los lugares; se marchó con la aureola de la fama y el dinero. Cierto es que, cuando se fue, nadie lloró su “pérdida”, ni las mujeres que tanto le adoraban. Ahora, él sabrá las razones, vuelve. Que tenga mucha suerte puesto que la hará mucha falta. Igual, esos que él decía que cabían en un autobús, en cualquier plaza, se ponen de acuerdo y le recuerdan qué clase de torero es.