Ante todo, respecto a Facundo Cabral, debemos de convenir que, la misericordia de Dios es infinita. Y lo digo convencido puesto que, el pasado 22 de mayo del año en curso en que tuve el honor de entrevistarme con el maestro y, en aquel instante, su salud estaba resquebrajada, sus ánimos estaban débiles y su corazón apenas latía; su cuerpo, en aquel momento, presentaba un cuadro delirante, muy poco esperanzador puesto que, su enfermedad, le estaba minando por completo. Confieso que, en aquel día, pude sufrir lo inimaginable puesto que, temía que Facundo se nos marchara para siempre. Su voz desgarrada, en dicha fecha, me hacía temer lo peor; los presagios, como explico, eran de lo más penosos; con muy pocas esperanzas y, pasados los meses, el maestro, con una fuerza sobrenatural, con un ánimo fantástico, ha sido capaz de reaparecer en Colombia, logrando, en esta ocasión, lo más grandes éxitos. Bogotá, Cali, Manizales, entre otras bellas ciudades andinas, han sido testigos de excepción del milagro de Cabral. Y digo milagro en la más amplia extensión de la palabra puesto que, tanto Facundo, como los que han estado a su alrededor, sabían de su delicado estado de salud. Como antes decía, la misericordia de Dios, asiste a los creyentes en la doctrina del hijo del carpintero de Belén.
Desde distintas partes de Colombia me han llegado los ecos de lo que ha supuesto las actuaciones de Facundo Cabral y, mi gozo, es infinito. Tantos años después, el mensaje de Facundo, sigue vigente. Colombia se ha estremecido con las presentaciones de Facundo Cabral, resultando, sus actuaciones, un éxito sin precedentes. Lo bello, como se demuestra, es eterno y, las canciones de Cabral, junto a sus chanzas, metáforas y oraciones del alma, resultan un primor para el espectador. Todavía, cuarenta años después de que el maestro comenzara su andadura, los espectadores, tras asistir a sus conciertos, siguen creyendo haber presenciado un milagro.
Asisten a mis palabras, obviamente, un amplio dossier de lo que han sido todas sus actuaciones y, al respecto, quedo anonadado. Saber que, el maestro, pese a todo, ha tenido fuerzas para actuar, viajar, atender a la prensa, estar con sus amigos y, vivir los más apasionados días en Colombia, todo ello me colma de infinita dicha. Sus ruedas de prensa, como su nombre indica, han sido memorables. Cabral confesaba ante los medios que, pasados los años, estaba conociéndose a si mismo y que, a su vez, encima del escenario, jamás sintió dolor, de ahí su fanatismo por sus actuaciones. En Colombia y en el mundo, Cabral será siempre ese hombre apasionado por las cosas de la vida, capaz de vivir cada minuto de su existencia como si en realidad fuera el último. Facundo Cabral está desposeído de todo bien material; su mayor tesoro es su guitarra y, ante todo, los miles de folios que tiene escritos en donde narra sus vivencias, plasma sus sentimientos e inmortaliza para siempre sus lecciones tan hermosas. A sus 68 años, a diario, sigue añorando a Sara, la mujer que le alumbró, la que en él creyó y por la que está en el mundo. Filosofía apasionada la de este hombre argentino que, desde siempre, encontró en el mundo su lugar de residencia.
Facundo Cabral, como se ha demostrado, ha levantado pasiones y enconos entre esa ingente minoría que, amante de su bella filosofía de vida, se ha estremecido con sus actuaciones. El maestro nunca anheló ser famoso, sencillamente porque, como él confesara miles de veces, famoso lo puede ser cualquiera; artistas, como es su caso, eso ya es algo muy distinto. Facundo jamás llenará estadios con miles de personas; se abrumaría si esto sucediera. Sin embargo, los teatros de Colombia, al igual que la de los 165 países que ha visitado, se han llenado por completo, sencillamente, para admirar a un ser distinto que, de la humildad supo hacer una forma de vida para regalarla a sus hermanos esparcidos por todo el mundo. Puedo asegurar que, quien converse con el maestro, en breves momentos, adivinará lo que ha supuesto su paso por el mundo y, a su vez, la calidad de los que fueron sus amigos. La Madre Teresa, Jorge Luís Borges, Octavio Paz, Juan Rulfo, José Alfredo Jiménez, Gabriel García Márquez, Grande Covián y una larga lista de personalidades ilustres que, entre todos, marcaron los destinos y personalidad de este hombre admirable al que, desde aquí, le pedimos a Dios nos lo conserve mucho años más.