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Joselito Adame |
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entrevista
de Pla Ventura |
[
15/06/2013 ] |
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JOSELITO ADAME: La imágen del éxito |
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Es saludable, incluso para el alma, el ver que Joselito Adame ha triunfado dos veces consecutivas en Madrid; veremos qué repercusión tienen sus éxitos de cara a las empresas, pero lo que nadie le podrá arrebatar al muchacho es su dicha interior, la que lleva dentro de su ser, en realidad, la que mostró en Madrid y, de paso, a todo el mundo. Venía Joselito de cosechar muchos éxitos en su país y en honor a la verdad, el chico, ha estado a la altura de las circunstancias; yo diría que mucho más allá de las mismas, puesto que al margen de haber triunfado en dos tardes consecutivas, en ambas pudo haber abierto la puerta grande de Las Ventas.
No hay bromas en el toreo de Adame, más bien una entrega inusitada, un repertorio vastísimo, una torería a flor de piel que ha calado en el sentir del público de Madrid; llegó a Las Ventas para lidiar lo que no quería nadie y, como vimos, se alzó el máximo triunfador de la feria del Arte y la Cultura.
Dicha feria cae muy tarde; o por el contrario los empresarios se aprestan a montar todas sus ferias con demasiada antelación y, por ejemplo, en Pamplona, una plaza que suele repartir justicia entre los triunfadores, en esta ocasión han corrido como caballos desbocados al montar su feria, razón por la que algunos triunfadores de Madrid se han quedado sin la posibilidad de entrar en dicha feria, Joselito Adame es el referente de cuanto explico.
Por aquello de ser coetáneo de Manolo Arruza, recuerdo con claridad meridiana en aquellos años setenta en que, Arruza cortó una oreja en Madrid y le sirvió para torear cuarenta corridas de toros. Las cosas han cambiado mucho y, pese a que los éxitos en Madrid cuestan muchísimo de conseguir, más tarde, los taurinos ‘dicen’ que eso no sirve para nada.
La felicidad de Joselito Adame tras del éxito en Madrid -Imagino, Joselito Adame que llegó usted a España con la ilusión de torear en Sevilla tras su éxito del año pasado en la capital hispalense y, no pudo ser. ¿Qué sucedió?
En realidad me sobraban argumentos para ser incluido en dicha feria pero mucho me temo que he sido un damnificado de la crisis que azota a España; lo digo porque al reducirse dicha feria, con menos festejos, algunos diestros hemos quedado fuera.
-Entiendo su postura pero, ¿no me negará usted que ha sido una injusticia la que se cometió contra su persona?
Seguramente. Pero los toreros estamos curtidos para estos lances que, por amargos, no nos tienen que derrumbar; al respecto hoy he sido yo, mañana serán otros y así seguirá siempre en el devenir de la vida. Si alguien piensa que la carrera de un torero es sencilla está muy equivocado. Esto es durísimo, tan duro dentro de los ruedos como fuera de los mismos. Hay que tener un talante muy especial, no desfallecer jamás y, pese a todo, seguir pensando que peor que tú lo están pasando otros.
El toreo de México lo puso en todo lo alto, como el capote en las zapopinas -Año 2007, Arles y Nimes, feudos de su alternativa en la primera plaza citada, triunfos de clamor y parece ser que una mano negra se encargó de silenciar aquellos éxitos tan legítimos como espectaculares. ¿Qué pasó, maestro?
Un cúmulo de cosas que me derrumbaron; primero la falta de contratos que, de forma incomprensible no llegaron nunca y, para colmo, la enfermedad de la hepatitis que me azotó muchísimo, hasta el punto de estar anunciado para la confirmación en Madrid al año siguiente de mi doctorado y tener que quedarme en la cama enfermo; luego vinieron cornadas; se juntó todo para que yo fuera totalmente infeliz.
-Hombre, por Dios, pero esa infelicidad duró poco, ¿verdad?
El tiempo se me hizo eterno, te lo juro; veía que pasaban los meses y no podía torear y me corroía en mi interior; imagina lo que es verte acartelado en Madrid y tener que suspender por la enfermedad.
Nada quiso dejar por hacer con el capote -Como todos sabemos, Joselito, usted fue lo que se dice un niño prodigio del toreo mexicano. ¿Cree que le pudo afectar dicho estigma al ser todo de niño y que no le valoraran cuando se hizo hombre?
Como dices, ese estigma, pasados los años, jugó en mi contra; dejé de ser el niño admirado y me costó muchísimo que vieran que, como hombre adulto, podía ser incluso mejor, las pruebas así lo han certificado, pero sí, en ese aspecto también hubo un bache inadecuado.
-Usted, matador, me está recordando ahora a su compatriota Arturo Macías en el que, cuando vino a España por última vez en el año 2010 creo recordar, yo le preguntaba lo que le pregunto a usted ahora, ¿cómo es posible que ustedes, siendo figuras en México quieren venir a España a recoger las migajas que nosotros tiramos?
Es una cuestión de actitud; soy muy ambicioso en mi carrera y aspiro a lo mejor; mi ídolo, a nivel universal no es otro que el maestro César Rincón que siendo de Colombia fue un torero de todo el mundo. Ciertamente, como dices, podía quedarme haciendo campaña en México y, a Dios gracias, no me faltan los contratos, pero como te digo, uno aspira al todo. Sin duda que no es nada sencillo, pero para eso soy torero, para afrontar retos que no se dan cita en otra profesión.
Los pases por bajo de Joselito han gustado las dos tardes -Ustedes, los toreros, tienen alma y cuerpo de santos, se lo digo convencido. Dejó usted México con veinte corridas de toros, todas ellas triunfales y se vino a España con una corrida de toros firmada en Soria. ¿No es eso una locura?
Ahora soy yo el que te preguntaría a ti, ¿se puede ser torero sin estar loco? Yo creo que no, sencillamente porque traspasamos todos las barreras de lo lógico, de lo normal. Tenemos alma de aventureros y, hasta los que suben en lo alto del Himalaya, con el riesgo que eso conlleva, nosotros creo que les ganamos por “goleada”.
-Hablemos de lo más grato, de Madrid, Joselito, esa plaza, la más importante del mundo que se ha rendido a sus pies. ¿Era usted consciente de que, por dos veces tenía la puerta grande casi abierta?
Sí, y me entristecí por el mal manejo de la espada. Pudo haber sido el suceso del año en Madrid y, al final, todo quedó en una recompensa de dos orejas que, para nosotros, los extranjeros, no creas que es poco; si resulta difícil cortarlas para un español, imagina para un mexicano. Menos mal que la grandeza del público de Madrid es admirable; allí no se fijan en el documento de identidad de nadie, les preocupa lo que uno sabe hacer y, en honor a la verdad, así me lo valoraron, algo que me hizo muy feliz.
El pase del desprecio en la torera interpretación de Joselito -Yo respeto sus decisiones, es más, admiro todo lo que usted ha hecho en Madrid pero, si me lo permite, me rebelo contra el sistema; una asquerosidad. O sea que, faltó apenas nada para que usted saliera en hombros de Madrid por dos veces seguidas y, a estas alturas, sigue teniendo usted firmada la corrida de Soria, la que ya traía firmada desde México. ¿Dice usted que el mundo del toro es justo?
Como antes comentábamos de Sevilla, injusticias las hay por doquier, pero es algo que sufrimos todos. Pocos compañeros podrán decir que su carrera ha sido un camino de rosas. Esto es complicadísimo. Yo espero, así lo converso con Mariano del Olmo, mi apoderado, que aunque cueste todo mucho, al final tendremos la recompensa; no soy ningún atrevido en el sentido frívolo de la expresión; me siento un torero capaz de afrontar cualquier riesgo, por tanto, la situación que haya que “lidiar” donde fuere y como sea.
-Como yo decía en mi anunciado, matador, antes de nacer usted, una oreja en Madrid, pegúnteselo a Manolo Arruza, a Cavazos… a cuantos el éxito acariciaron en Las Ventas y, todos hicieron una campaña dignísima. Ya, en los años 2000, Zotoluco ya bailó con las más fea; triunfó en Madrid y le dieron las corridas ilidiables para que reventara el maestro mexicano. ¿Cómo ve su situación?
Complicada, no podemos engañarnos. Pero a base de fe, de entrega y una ilusión sin límites trataremos de seguir hacia delante; no nos desesperemos, queda mucha temporada y habrán sustituciones, relevos… que se yo, pero no puedo perder la fe y mucho menos tras dos grandes éxitos en Madrid.
Así sale del toro y así sale de Madrid. Ahora hace falta que le hagan justicia -Por cierto, observé algo que me causó impacto, no banderilleó usted. ¿Olvidó las banderillas en México?
No, por Dios. Es otra apuesta que hice. Es más, tras ver poner banderillas a Antonio Ferrera e incluso a la cuadrilla de Javier Castaño, uno siente rubor y respeto por dicha suerte. Tras la admiración que siento por estos hombres, estaba en Madrid y ahí no se pueden poner banderillas por hacer una suerte más; en dicha plaza tiene que ser todo perfecto y los toros, para las banderillas, no los vi claros en ningún momento y al final, acerté no haciéndolo.
-¿Y ya no gozaremos nunca más de sus espléndidos pares?
Yo no he dicho eso. Seguiré siempre y cuando los toros me lo permitan porque, para mí banderillear un toro es una suerte importantísima que hay que hacerla con auténtica pureza; si no lo ves claro, mejor no hacerlo.
-¿Ha soñado alguna vez, matador, ahora que tenemos al maestro Rodolfo Rodríguez El Pana en España con un mano a mano con él?
Eso sería tanto como tocar la gloria con mis manos, pero el maestro al que admiro muchísimo, ha venido a España como espectador para presenciar las actuaciones de sus compatriotas y, sin duda, para disfrutar de España, una tierra a la que me consta que ama, como nos sucede a todos los mexicanos. Pero si no puede ser en España, confío que en la temporada próxima de México volver a torear con el genio más grande que tenemos entre la torería mexicana.
-Gracias, muchas gracias, Joselito Adame, por el tiempo que nos ha dedicado y, lo que es mejor, por habernos mostrado sus ilusiones. Como usted diría, primero Dios y luego, todo lo demás.
Fotos: Muriel Feiner. La 2ª de Antolín Castro
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