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Tras lo expuesto en el capítulo anterior y tras toda esta breve introducción, para que se comprenda que algo puedo decir de mi seguimiento a la trayectoria de Julián y su tauromaquia, me voy a centrar ahora en algo en lo que sí le considero inventor, pues a nadie había visto hasta él hacerlo y que es a lo que yo bauticé hace años como el “julipié”, es decir, la forma del volapié que ejecuta “El Juli” y que es muy loado y admirado por la mayoría de comentaristas en los medios de comunicación, aunque para mí y para muchos otros aficionados no sea más que un “alivio” en la suerte de matar al volapié. Ofrecemos diferentes imágenes. En ellas puede observar lo que el autor comenta El julipié consiste en citar al toro para matarle a volapié enfrontilado a él, entre los dos pitones del mismo, igual a como se hace normalmente pero, en el momento de hacer la suerte, se le echa la muleta a la cara, para tapársela y dejarle ciego por un instante, en vez de al hocico para que humille y descubra el hoyo de las agujas. Al mismo tiempo que le tapa la cara se echa fuera del pitón derecho a toda velocidad, de tal forma que se traspasa rápidamente la altura de la punta de dicho pitón y una vez tras la pala se gira el cuerpo hacia el toro, se da un saltito y se busca la cruz con la punta de la espada, empujando con todo el cuerpo tras ella. Muchas veces se pierde la muleta, pues al saltar y clavar se omite su visión al derrotar el toro en ella. Distintos fotógrafos han captado el momento Todo esto se hace a gran velocidad, de tal manera que si el toro se revuelve y busca al matador lo más que hará será darle con la parte trasera de la pala del cuerno, pues la punta está delante. Si se acerca demasiado al lateral del toro lo más probable es que la estocada quede perpendicular y si no puede acercarse demasiado entonces la estocada puede quedar atravesada y contraria, con el peligro de que le haga guardia. Es algo parecido a poner banderillas al sobaquillo, una vez traspasadas las puntas.
No todo es lo que parece Este año, en la feria de Sevilla 2009, intentó varias veces matar a un toro así, pero lo hizo en la suerte natural y el toro desviaba su cara hacia las tablas, con lo que no le permitía pasar detrás de la pala del pitón derecho. Y al no poder ponerse cerca del lomo del toro no podía dar el salto para colocar la espada y los pinchazos resultaron atravesados. Décimas de segundo hacen ver algo diferente Y hemos visto recientemente a jóvenes novilleros en Las Ventas intentar matar así y recetar estocadas que hacían guardia. Son los únicos inconvenientes que hemos podido ver en esta forma tan particular de ejecutar el volapié.
Volcándose desde... Según mi opinión, el JULIPIÉ es otra ventaja o truco más del toreo moderno, que siempre busca nuevas suertes basadas en el alivio, en disminuir el riesgo, nunca en aumentarlo. No obstante, vista la gran efectividad que consigue Julián López “El Juli” ejecutando el volapié con esta variante, quién sabe si en el futuro será un clásico, una manera de volapié con el nombre de su inventor. En esta imagen frontal es visible lo que mantiene el autor Puesto que también a mediados del siglo XIX se protestaban las banderillas al quiebro que ponía Antonio Carmona “El Gordito” y ahora no sólo ya no se protestan sino que es una forma ortodoxa y admitida para enriquecer el segundo tercio. Pero repito, para mí, hoy por hoy, el JULIPIÉ es una forma heterodoxa de ejecutar el volapié aliviándose.
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