Faltarían muchas hojas para intentar reflejar todo lo que había pasado este fin de semana en Barcelona, en lo que, de momento, se teme sea la última “Feria de la Mercé” taurina y la última corrida de toros celebrada en La Monumental de Barcelona.
El total final de las orejas cortadas no importa, porque cada uno de los seis diestros: Morante de la Puebla, El Juli y José Mari Manzanares el sábado, y Juan Mora, José Tomás y el catalán Serafín Marín el domingo, se esforzaba para dejar dibujado sobre la arena de La Monumental lo mejor que llevaba dentro. Y también rebosaba la plaza de la pasión, entrega, sentimiento y clamor de los aficionados que habían venido de todo el mundo para presenciar este triste y a la vez glorioso acontecimiento.
Las fotos reflejan un poco lo sucedido: desde la fea y lamentable protesta anti-taurina y la respuesta de la afición catalana, hasta la grandeza de los toreros, y la honda desolación de los aficionados que deambulaban por el ruedo al final del festejo dominical, cada uno con sus recuerdos personales de la plaza a cuestas, y recogiendo un puñado de arena como recuerdo.
Todavía suenan en mis oídos los gritos: ¡VIVA LA CATALUÑA TAURINA! y ¡VIVA LA LIBERTAD! ¡Viva!