Definitivamente no es coincidencia que don Alfonso Cuevas, hijo y nieto de importantes ganaderos en México, esté consolidando una de sus grandes pasiones: la de ser ganadero. Su abuelo don Carlos Cuevas dejó esa semilla desde hace casi un siglo que ha fecundado, y continúa perenne inculcada a Alfonso a través de su padre, don Ernesto, quien tuvo la gloria de haber dado la vuelta triunfal con las dos orejas tras haberse indultado el famoso toro Muñeco, de su ganadería por Luis Procuna el 15 de abril de 1951, que, cosa curiosa, el respetable no le permitió al Berendito de San Juan, acompañar al escrupuloso ganadero en la vuelta triunfal.
Alfonso Cuevas junto con sus hermanos ha preservado la ganadería de don Ernesto Cuevas, pero decidió hace algunos años aventurarse y conformar su propia vacada, así compró la ganadería de Maravillas formada con toros de don José Julián Llaguno y sementales del encaste San Martín, del laureado don José Chafik Hamdan.
La ganadería asienta sus reales en el Estado de Hidalgo, cercana a una pintorezca población llamada Chapantongo. Ahí surge con grandeza la hacienda edificada en el siglo XVII, en donde pasta el ganado que muy pronto dirá mucho que decir de don Alfonso Cuevas
Un poco de historia
En 1927 don Carlos Cuevas fundó la ganadería con 15 vacas de Ajuluapan, 35 de Zacatepec y un semental de San Mateo. En 1931 agregó 55 vacas y 2 sementales de esta última. Debutó el 1º de agosto de 1937, en el Toreo: seis novillos para Eduardo Solórzano, Francisco Hidalgo y Gregorio García. Ese mismo año agregó 6 vacas de Sánchez Fabrés y un semental de Graciliano Pérez-Tabernero. Envió su primera corrida a esa misma plaza el 7 de enero de 1940: ocho toros para Conchita Cintrón, La Diosa Rubia del Toreo y a pie José Ortiz El Orfebre Tapatío, Fermin Rivera y Ricardo Torres.
Don Carlos Cuevas dejó de existir el 22 de diciembre de 1949 y legó la ganadería a sus hijos, don Ernesto y doña Ana Cristina Cuevas Vallejo. Al poco tiempo, don Ernesto se quedó como único dueño y le cambió el nombre a Ernesto Cuevas. El 15 de abril de 1951, como ya les habíamos mencionado, envió una corrida a la Monumental Plaza de Toros México para el rejoneador Juan Cañedo y a pie Luis Procuna, Paco Muñoz y Rafael Rodríguez El Volcán de Aguascalientes, en quinto lugar salió el número 145 Muñeco, con 448 kilos, un toro extraordinario que mereció el honor de ser el primero indultado en esa plaza correspondiéndole al matador Procuna; el matador no escuchó la orden del juez y lo mató de certera estocada, lo que enardeció a la multitud y como caso insólito, el público exigió que las dos orejas concedidas al matador se las otorgaron al ganadero, quien dio vuelta al ruedo con los restos del toro. Al año siguiente se lidió el novillo Flamenco, en la misma plaza y se le concedió un premio como el mejor de la temporada, Don Ernesto falleció el 5 de marzo de 1983 y legó la ganadería, como ya hemos indicado a sus hijos, quienes con la misma afición y cariño la mantienen honrando su estirpe.
La tienta
Con esta carga histórica, se llevó a cabo una interesantísima tienta a la que Alfonso invitó al artista de Jalisco, Guillermo Martínez, quien volvió a recrear su tauromaquia con faenas de intensidad por su clase y calidad que atesora, por supuesto, que tuvo el elemento propicio en las vaquillas que han salido en esta importante labor campera, que le permiten darle vuelo a la inspiración y trazar importantes faenas, lo que incluso la ha servido como preparación para el compromiso que tendrá próximo 8 de marzo en la Monumental Plaza de Toros México.
Ahí también pasó lista de presente Pedro Gutiérrez Lorenzo El Capea Chico, a quien se le vio lleno de voluntad, sí sumamente esforzado, pero sin en resumen entender a plenitud la embestida de las vaquillas.
Quien continúa siendo una seria revelación es Rodrigo Ochoa, quien atento a los consejos que le da su maestro Guillermo, prosigue afinando su expresión torera, y seguramente el próximo 8 de marzo, fecha de su presentación como novillero dará mucho de que hablar.
Por supuesto, que para un evento de tanta importancia, no podía haber faltado el legendario ganadero don José Chafik Hamdan, quien estuvo asesorando a Alfonso; por cierto, que tras esta tienta, el reconocido ganadero viajó a España en donde la Asociación de El Toro de Madrid, le galardonó por haber enviado en su ganadería San Martín al mejor toro de la temporada venteña.
Igualmente saludamos a don Miguel Ortas, padre de Miguelete, cabe recordar que don Miguel cuando novillero salió por la Puerta Grande de Madrid, en cinco ocasiones, y es el verdadero artífice de la bernardina, hecho más que destacado por el propio Joaquín Bernadó.
El punto final
Al final, la tradicional comida mexicana un exquisito arroz, un fideo de rechupete y un pollo a la barbacoa que ha sido suculento. Inolvidable tarde vivida por las faenas del artista de Jalisco, el esfuerzo de Capea Chico y la grata sorpresa que sigue siendo Rodrigo Ochoa.