Habían invitado a un amigo mío, pero como no podía ir (tenía cita con lo de Adolfo y lo de Victorino en Madrid que a la sazón era mucho más serio), propuso que fuera yo. Se trataba de un debate de esos de toda la vida de Dios, de los que todos recordamos desde que tenemos uso de razón: toros sí o toros no, o lo que es lo mismo: taurinos contra antitaurinos. Era en una televisión local, la idea me agradaba y allá que me fui, dispuesto a desmontar argumentos. Yo en estos temas, ya alguna vez se lo he comentado a ustedes, no le doy importancia al desconocimiento que nuestros detractores tienen de la materia taurina; quieren hacer daño y vive Dios que lo consiguen, con conocimiento o sin él. Sin embargo, una vez que empieza el debate ya uno se da cuenta del grave problema de la ignorancia. Principalmente cuando un/a antitaurino/a te dice que al desaparecer el toro no se pierde tanto pues todavía quedan las vacas de leche y las de carne. Sí. Y las charolesas y las limussines y el morucho salmantino y vete a saber cuántas razas más, pero comparar con ellas al toro de lidia no es sólo cosa de desconocimiento; es cosa de estar ciego o de no querer ver y todo por culpa del fanatismo. Por otra parte, en apreciar y admitir todas las razas animales y vegetales está la base de la ecología (movimiento en el que milita toda esta gente). Sin embargo todos prefieren la desaparición del toro bravo a la continuidad de la lidia. En fin, que la barbarie tiene múltiples facetas.
Leo en medios taurinos que ya en Cataluña se preparan los pliegos para construir en los solares de las plazas de toros. Es asunto que sucede en las zonas de la Costa Brava. Lo peor es que entre los grupos municipales que aprueban esos pliegos están los partidos no nacionalistas que unen ahora sus firmas a las del nacionalismo. Poderoso caballero es don dinero. Vuelvo a citar aquí a la Peña Taurina Pedrucho de Eibar (Guipúzcoa) que ha rescatado de las garras de las constructoras y de los pliegos de urbanización a la plaza de su pueblo y que programan, con gran acierto, numerosos eventos taurinos para el futuro.
Un nuevo partido político se presenta en Cataluña. Entre sus dirigentes escritores e intelectuales, todos afines al mundo del toro. Luchan contra el nacionalismo autoritario y tirano ¿Conseguirán parar la destrucción de las plazas de la Costa Brava? ¿Conseguirán evitar la ley de prohibición de festejos taurinos en tierras catalanas, que ya se aproxima? Lo tienen más difícil que los eibarreses pero al menos hay quien se organiza y lucha en sitios donde la lucha es muy complicada. Vaya desde aquí todo mi apoyo a este partido intelectual.
Intelectualidad taurina la que se observa en distintos sitios de la Feria del Libro de Madrid, en donde tuve la suerte de firmar ejemplares del mío el pasado sábado. Da gusto ver y conocer a los bibliófilos taurinos que investigan en los puestos a la busca de esa pieza que falta en su colección. Algunos vienen de muy lejos y alternan la Feria del libro con la del toro. Qué grandes pasiones. Sin embargo la edición taurina se ha rebajado este año en el que muchas editoriales de renombre no han presentado nada y quién más, sólo dos títulos. Mal momento aquel en que el aficionado taurino renuncia a escribir.
Torería e intelectualidad en el Club Taurino Cocherito de Bilbao, decano de los clubs taurinos y siempre en funcionamiento. Se presentaba este martes el banderillero y apoderado Rafael Corbelle, maestro con los rehiletes, eficaz en los despachos y amante de la fiesta ante todo. Nunca he oído a un taurino decir las cosas que dijo Corbelle en el Cochero; como se dice en este mundo: verdades como puños. Lo más importante: todavía se puede devolver a la fiesta todo su esplendor. Posteriormente tuve la suerte de que se presentara mi libro en semejante templo del conocimiento taurino. Todo un honor que debo a mi amigo Pedro Mari Azofra, que hizo de cicerone y a la directiva del club que quiso acogerme. Agradecimiento, saludos y abrazos para todos ellos.