Había varios toreros a los que me ilusionaba ver en San Isidro. En uno de los grupos estaban todos aquellos que sin haber llegado todavía a la categoría de figuras, pasean por las plazas como si figuras fueran, aquellos que son más figuras cada día gracias a los milagros que determinado tipo de prensa les hace previo pago (la misma prensa que luego los ha de juzgar). Y así llegó el día de cada uno y así me fui yo desilusionando, arrepintiéndome incluso de algunas letras escritas. Vergonzosas actuaciones las de todos ellos, todos de puntillas por la feria más importante del mundo, todos despreocupados del efecto que sus malas actuaciones podían tener en sus carreras. En el momento del fracaso todos ponen mala cara, le echan la culpa al toro, al viento, se ponen tristes, caras contrariadas, pero luego se montan en la furgoneta, les hacen tres carantoñas los de alrededor, enfilan para la próxima feria y a seguir, que queda verano. Y han pasado por Madrid dos tardes y no ha pasado nada sino el tiempo, que transcurre entre feria y feria. Y van a todas y lo saben ya.

El panorama en cuanto a lo que viene es desolador y no provoca sino el máximo acomodo de los de arriba. Un cartel interesante era aquel de principios de feria que anunciaba al Juli, a César Jiménez y a Matías Tejela; podíamos ver a un consagrado luchar contra los aspirantes. Jiménez que confirmaba en Madrid, a pesar de sus años de alternativa,  se presentó con una de las peores corridas de la feria (la de su apoderado). Es grave. No sé si no es más grave que en la misma corrida se anuncie el Juli, que a la sazón ejerce de figura consagrada, a la que le ven los toros muchos ojos y que debería demostrar que defiende su puesto con uñas y dientes. Pues se presentó también en esa corrida pérfida, que ya previamente había visto en el campo. Aquí ya da todo igual, a cómodos unos, comodón el otro. La pregunta es ¿Quién es el mandón de la corrida? Volvió a presentarse el Juli, días después, con otro bodrio de encierro, remendado, esta vez junto a Ponce y al polémico Zotoluco ¿Por qué el Juli va a Madrid con estos toros tan mal presentados? Jose Antonio Choperita dijo en una entrevista: “algunos toreros pagarían por no venir” ¡Qué cómoda está la fiesta! Como no era cosa de pagar, se dedicaron a cobrar el máximo posible y a asegurar los mínimos riesgos. Ninguno de estos toreros de los que venimos hablando se va a quedar sin contratos para esta temporada. Lo que les digo, en las ferias todas. Se acaba una y empieza otra y en todas anunciados, currículums a parte.