El problema de este país es que es incorregible. No somos capaces de aprender de nuestros errores. Es más, preferimos convertirlos en hitos. Cuanto más nos equivocamos, más causa hacemos del equívoco. Cuando dios redactó los pecados capitales, debía tener un ojo puesto en Iberia. Mal que nos pese somos unos demócratas mediocres y, en consecuencia, tenemos unos políticos mediocres. Por poner un ejemplo de esto último, valgan las famosas declaraciones de la ministra de Medio Ambiente y las seguidas de su compañero en Fomento, Ábalos. Tenemos a esta clase política, qué se le va a hacer, la culpa es nuestra. Les hemos votado, así de gilipollas somos. Y que nadie venga con la confusión de que a Sánchez no le ha votado nadie. Le ha votado el Congreso, las fuerzas electas del Congreso, y eso es legal, legítimo y no es un golpe de estado. Pero como somos la España de Frascuelo y de María, pues no terminaremos nunca de entendernos, ni de comprendernos, ni de aceptarnos, ni de querernos. Qué tristeza.
En la mediocre clase política hay una serie indicadores que son problemáticos porque muestran la idea que esta gente tiene de la democracia, de la aceptación del otro, del humanismo. A la ministra no le gustan los toros porque le gustan los animales vivos y entonces quiere prohibirlos; terrible incongruencia en este caso. Para disfrutar vivos de ciertos animales, se debe establecer una política de protección de los mismos. Que sepamos no hay ninguna destinada al toro bravo. Si la ministra quiere disfrutar de él también vivo, no le va a quedar más remedio, de momento, que aceptar la fiesta brava. Pero de esto debía haberse dado cuenta ella misma. Sobre todo manejando la cartera de Medio ambiente. Otra cosa sería que la ministra pertenezca a ese grupo de genocidas que prefiere que el toro bravo no exista antes de que exista para ser lidiado, y otra vez la paradoja.
Luego tenemos las declaraciones de Ábalos. El padre de éste fue matador de toros. Vuelvo a acordarme también del crítico taurino Narbona, padre de otra ministra del PSOE que ya cometió el delito de asociar públicamente tauromaquia y maltrato de género. Tienen un dilema político-cultural estos chicos que todavía viven en aquellos tiempos del 68, cuando aseguran que estuvieron en París. En sus tiempos de progres se revelaban contra la figura del padre carca. Todavía no parece que lo hayan superado. Quizás haya algo que les escueza por dentro. A Ábalos lo vemos ahora en montones de fotografías en los toros, posicionado en callejón y rodeado de taurinos entre los que seguro que presumía de ser hijo del cuerpo.
Por el otro lado, por aquello de ver si logran aparentar contentando a todos, sale otro ministro, Guirao en este caso, diciendo que el Gobierno apoya la tauromaquia y que no va a prohibirla. Pero no sé por qué a Guirao le está pasando lo que le pasaba a su jefe cuando se reunió con la Unión de criadores, hace ya unos cuantos años, asegurando que defendería al toro de lidia: nadie le cree. Pero quizás sea ahora el momento de ponerlo a prueba, de volver a llamarle, de preguntarle por las declaraciones de sus ministros y ministras, de hacerle posicionarse sobre aquella declaración de intenciones de cuando estaba en la oposición. Hoy estamos más representados que entonces. La UCTL tiene ahora más apoyos para dirigirse a Presidencia de Gobierno. Tres de sus ministros ya se han posicionado. Buen momento para que lo haga el jefe.
