Acaban de echar a andar. Los primeros lances fueron al viento en la conferencia de prensa, ahora ya, podemos decir, que se los dan a la lidia y faena que tienen por delante. El enemigo a lidiar no es baladí, la plaza de Las Ventas es un oponente al que hay que someter -en su mejor acepción- con mucha verdad y echando p’alante la pierna contraria. O lo que es igual, dando la cara.
Para juzgar esta actuación queda aún mucho tiempo; harán falta varios tercios y que la arena candente del redondel se funda con las pezuñas de las reses a lidiar y las zapatillas de los toreros actuantes. Entonces, tendremos oportunidad de saber qué disposición y entrega aporta la nueva empresa para conseguir en Madrid esa faena profunda y maciza que la plaza exige y que la afición demanda. Entre tanto, sólo tenemos los primeros lances.
Esos primeros lances -así los podemos llamar- han sido los carteles confeccionados para los días de programación en Marzo. Dos novilladas y dos corridas de toros conforman esos lances de recibo. A decir verdad, no ha dado tiempo de tomar asiento en la plaza como espectador y no se ha entrado en calor. Demasiado frío este invierno como para adquirir la temperatura de aficionado adecuada. Bueno, pero algo se ha visto ya.
Los carteles confeccionados ¿son una prueba de la determinación con la que se ha pisado la arena por parte de la nueva empresa?. ¿Han dado el paso atrás o han asentado las zapatillas para embarcar la embestida?. Convengamos de inmediato que al menos no ha habido paso atrás. Por cuanto a la firmeza con la que se quiere embarcar la embestida, se ha percibido interés y por la colocación también parece que no van a largar mucha tela aunque existan ciertas dudas. En resumen, no están mal los comienzos que hemos visto.
Traducida esta metáfora al análisis de los carteles en sí, reciben un aprobado alto, que permite confiar en la disposición con la que se inicia este ciclo de la nueva empresa Taurovent, S.L. El tiempo nos dirá si fue flor de un día o si la planificación y estudio de cómo debe cuidarse la Fiesta en Madrid, que es tanto como decir en la cabecera de la tauromaquia universal, va a estar regida por el sentido del deber, por la exigencia que supone la plaza, por la responsabilidad que supone el momento actual y por el sentido común. Tiempo habrá.
Las novilladas anunciadas cuentan con la ganadería de Fuente Ymbro para inaugurar y con novilleros de prestigio que ya han dado medida en Madrid de sus cualidades. Todos tienen sobrada capacidad para actuar en la llamada antiguamente catedral del toreo. No juzgamos por el gusto y las formas de cada cuál, sino por la experiencia para pisar el ruedo de Madrid que habría de ser una condición inexcusable. Dos carteles ajustados que suponemos contarán con la aprobación de los aficionados.
Las corridas programadas para Domingo de Ramos y de Resurrección, cuentan con toreros de los que ocupan puestos intermedios en el escalafón de la pasada temporada. No es que esa sea una validación necesaria, pero sí lo son desde la perspectiva de lo que suenan los nombres de los actuantes, lo que permite quedar bien con los que les gustan los carteles donde aparezcan los toreros más conocidos. Sobre la óptica mucho más oportuna de la valía de los toreros o si estos tienen acreditado en Madrid su interés, ya es otro cantar. Rivera Ordóñez, digámoslo de inmediato, no es precisamente un torero de Madrid ni levanta pasiones entre los aficionados. Los demás, Cepeda, Esplá, Encabo, Vilches y Castella, por unas u otras razones, son aceptables y aceptados.
Lo más destacado, lo que más puede gustar a la afición de Madrid, es esa corrida de sangre santacolomeña, en versión concurso, que el último domingo se ofrece. Es lo más novedoso y, repito, lo más destacable de cuanto se ha de ofrecer en ese mes de Marzo. Ahí, si se ha echado un poquito de inspiración en el lance; lo demás han sido lances ejecutados con decoro y vistosos nada más. El poder presenciar el juego de seis astados procedentes de distintas ganaderías pero con una misma procedencia, es un detalle de imaginación al que no regateamos el elogio. Toros de La Quinta, Victorino Martín, Cuadri, Adolfo Martín, San Martín y M. S. Escobar, ganaderías con prestigio en Madrid, con el añadido de una que llevaba décadas sin pisar su ruedo como Escobar, configuran un atractivo e interés para acudir. Estas reses contrastan con las del otro festejo, Gavira; por cierto, recomendada para que no venga por la Asociación El Toro y que en este momento, de luto por la muerte del ganadero, solo deseamos que luzcan sus toros en homenaje póstumo y que no haya razones para que sigan pidiéndolo.
En resumen, en estos los primeros pasos de su gestión en Madrid, la nueva empresa, con el Sr. Martínez Uranga “Choperita” al frente, no ha decepcionado. Tampoco es que se vea a los aficionados dando palmas de alegría por las calles, pero hay una oportunidad a la esperanza. La temporada es larga y es ahí donde ha de verse de verdad la gestión y el aprecio que le merece la exigente afición de Madrid. De momento, no ha suspendido y es mucho para cómo iba la Fiesta en Madrid.
