Los “antis” comenzaron buscando sus cinco minutos de gloria, pintarrajeados de rojo, desnudándose en público como opción de protesta; contra la “Fiesta Brava”. Esto no pasaba de ser un asunto anecdótico y a nuestro parecer, absolutamente grotesco, puesto que; tras esos minutos de supuesta gloria, terminaba por dejarlos en el más absoluto de los ridículos.
Pocos serán los taurinos que no hayan recibido ofensas verbales de estos energúmenos ignorantes. Más de una vez, camino a la Plaza de Toros Quito, nos endilgaron el “asesina” que con tanta facilidad y desparpajo usan.
Hace algunos años la “hazaña” más sonora de estos desadaptados fue, profanar la tumba del maestro Julio Robles y desde entonces, habían vuelto a las viejas prácticas de la pintura y sus desnudos.
Pero de un tiempo a esta parte están llegando ya a utilizar la violencia física en contra de los taurinos y eso, simple y llanamente ¡no puede, ni debe seguir!.
Hace poco atacaron violentamente al torero francés Marc Serrano, hace pocos días a David Navalón en una gasolinera de Altea. Y estos ataques no son uno contra uno, NO; son varios cobardes que atacan a un hombre solo.
Repetimos, ¡BASTA YA!, es hora de que la justicia se haga presente y que estos delincuentes montoneros, porque eso es lo que son; sean sancionados por sus actos y dentro de lo que permitan las leyes, con todo el rigor; para quitarles a otros como ellos; las ganas de atacar alevosamente a otros.
La justicia tiene que actuar. Tiene que tomar cartas en el asunto porque, es más que claro estos “antis” van en escalada, su violencia ha pasado de la figurativa, a la personal y física.
Quien fue capaz de profanar una tumba, seguramente no tendrá empacho en matar a alguien y tal como van mostrándose; están poniendo el camino fácil a las fuerzas de seguridad del estado para que, los tengan más vigilados, más controlados.
No queremos leer un día de estos que una horda de criminales, a falta de mejor descripción, haya asesinado a un aficionado, a un subalterno o a un torero.
La ley debe aplicarse a todos en la misma forma y si estos energúmenos causan disturbios, atacan violentamente a otra gente, al margen ya de los motivos; es hora de que se los castigue, que paguen por sus actos.
Emociona que aquellos a quienes acusan de asesinos usen como arma, el sencillo gesto de entrar desmonterados en las plazas en las que torean. Es un gesto noble que lo entendemos los taurinos pero, esos otros; no entienden más que “su” personal forma de vida, la del odio, la falta absoluta de respeto a los demás, la violencia y los golpes. El control de todo eso; está en manos de las fuerzas del orden en cualquier país con afición taurina.
¡Que actúen ya!
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