Nadie entiende de qué se queja la Casa Pages ¿Acaso no habían avisado ya las figuras de su descontento con la empresa de Sevilla? ¿No llevaba tiempo avisando el portal de la publicidad de que esto iba a suceder? ¿Es que les ha cogido por sorpresa? Al parecer, cuando Canorea dijo en una rueda de prensa todos esos ‘improperios’, las figuras ya habían tomado una determinación. Exigen respeto. Qué menos. No he podido dejar de acordarme de aquel maravilloso personaje que representaba Sazatornil en Sangre en el Ruedo. Un apoderadillo de poca monta que llevaba de la mano un ramillete de novilleros por las plazas de carros y talanqueras. Cuando en una ocasión llegan a las fiestas de un pueblo no les permiten vestirse en el salón del ayuntamiento y el apoderado monta en cólera. La frase que decía era algo así como: los toreros somos alguien, los toreros somos gente y hay protocolo o no hay protocolo. El bueno de Saza dejaba claro que o sus maletillas se vestían en un sitio digno o no se daba el espectáculo. Respeto, era, en definitiva, lo que pedía este hombre. Respeto es lo que piden éstos de ahora, en una posición muy diferente. Pero cuando la Casa Pages saca a la luz las ganaderías que se lidiarán este año en Sevilla uno ya no entiende a qué clase de respeto se refieren las figuras. De fondo, se escucha el ruido de lo que podrían parecer monedas cayendo en un saco y tintineando entre ellas. Poniendo más atención en la escucha, aparece el ruido de los estoques chocando como cuando los sables suenan en los cuarteles.
Y es que la cosa tiene su aquel. Porque las figuras, esas contra las que arremetía Canorea en su rueda de prensa, no se plantan frente a una contratación, no dan el paso adelante para solucionar un problema en el menor tiempo posible. No se trata sólo de mejorar sus emolumentos, obviamente tampoco se trata de adaptar el toro a sus exigencias, cosa que ya sucedió hace mucho y que queda ya como asunto resulto al salir los carteles. No, se trata de dar un golpe de estado. Se trata, y así lo han comunicado en esa nota de prensa que reproduce la hoja parroquial que por cierto da en llamarlo ‘decisión histórica’, de vetar a la empresa, de exigir una nueva gestión, un nuevo equipo. Cargarse la cesión que tiene la Casa Pages sobre el ruedo maestrante, dar un giro de timón al asunto de Sevilla. Y mientras eso no cambie, los señores de los estoques no se visten en esa plaza.
Lo de mandar hasta el punto de exigir equipos de gestión, e imponerlos, es algo en lo que sí brilla Julián López pues ya logró hacerlo con la gestión de Las Ventas. No nos inventamos nada. Fue Roberto Domínguez quien lo hizo público cuando se enfadó con Manuel Choperita, cuando en aquel comunicado venía a llamarle ingrato por no saber corresponder a los favores que Julián le había hecho intercediendo por él, y por el tripartito, ante Esperanza Aguirre. Con sus más y con sus menos, aquello funcionó, y si aquello fue posible, por qué no va a ser posible lo de ahora. Y como decimos, El Juli tiene experiencia. Experiencia que le sirve para unas cosas sí y para otras no. Porque también tiene experiencia El Juli en que lo dejen plantado las mismas personas con las que ahora se junta para reivindicar. Ni uno solo respondió positivamente cuando lo de la tele, y estaban todos. Solo el pobre Juli se quedó en el dique seco, como un niño con su rabieta y sin su piruleta.
Canorea en sus declaraciones dice cosas que se acercan mucho más a la realidad de la fiesta que las que dicen los consentidos. Que al ganadero en general le va mal la vida, excepto a aquellos que son ‘amigos’ de las figuras, que éstas ya no llenan las plazas, que viven en la irrealidad.
Se sienten muy faltos de respeto los consentidos ¿Se han parado a pensar cómo nos sentimos en ese aspecto los aficionados? ¿No les da vergüenza, a la empresa y a los toreros, liar la que han liado para ofrecer luego el cartel de ganaderías que han ofrecido, con todos los amigotes anunciados? Por de pronto, el toro sale de Sevilla por la puerta grande, de atrás. Porque al final estas cosas siempre terminan igual, siempre las paga el toro. Y Canorea ha reculado, les llama a la concordia ¿qué concordia puede haber con éstos de por medio? Al empresario le queda bajarse los pantalones sí o sí. Eso o decirles que se puede prescindir de ellos, que no tendrán tardes en Sevilla ¿Quién será el primero de los amotinados que abandone el barco? El último será El Juli, eso ya lo sabemos. Que no se olvidé que seguimos esperando la gesta con los Miuras.
