S.I.- Esta palabra, brindis, es muy habitual en los toros, la tenemos permanentemente en la boca. De toda la vida se asocia con el ejercicio que hacen los toreros al ofrecer su faena a alguien, familiar, personalidad, conocido o, mucho más habitual, al público.
Este acto, este gesto, encierra el deseo de ofrecer lo mejor de si mismo a quien se hayan dirigido, si bien en estos tiempos modernos carece de sentido muchas veces al ser muy reiterativo y otras tantas veces cuando incluso se adivina que con el toro brindado no se podrá hacer nada. Muchos de esos brindis se pierden en la nada, como si fueran brindis al sol.
A la gente del sol que cae cada día les brindan su apoyo el equipo sanitario
Precisamente al sol, a la gente que lo habita, no se les ocurre brindar, cuando están siendo gentes que están aguantando enormes temperaturas, de las que algunos salen mal librados, precisamente por el exceso de calor soportado en esta feria. Bien es verdad que es mucho más matador el aburrimiento que todos, sol y sombra, tenemos que aguantar. Pero los matadores se acuerdan poco de esa gente morena. Sin embargo, si les brindan su apoyo y auxilio el equipo sanitario que hay en la plaza.
Brindar es el verbo donde se recoge el sustantivo de brindis y, como decimos, lo suelen hacer mas veces de las que por lógica se debería ante el poco lucimiento habido. También es cierto que otras veces se hace por educación, por respeto a la persona a quien se dedica. Hoy mismo la Infanta Elena ha visitado de nuevo Las Ventas. Ella si que brinda su apoyo incondicional a la Fiesta con su presencia. Sin figuras ni nada, a pecho descubierto -entiéndase la frase taurinamente- se nos hace presenta la mejor aficionada de España.
La Infanta Elena otra vez en Las Ventas y los 3 toreros le han brindado un toro
Los tres espadas le brindaron un toro cada uno, cosa que no hicieron el día de la prensa y eso que la tuvieron más cerca. Hoy, ocupando el palco real se hicieron patentes las habilidades de los espectadores para hacerle llegar las monteras de los toreros. Lo hicieron por relevos y les salió muy bien. El mexicano Spínola pareció intentarlo el solito, pero quedó a medio tendido, será cuestión de entrenar para la próxima vez.
Brindar, lo que se dice brindar, lo hicieron varios toros de Baltasar Ibán, brindaron sus buenas embestidas para que triunfaran los espadas, pero estos no supieron entender el gesto y si lo supieron no terminaron de corresponder tales brindis bovinos. Fueron dos brindis de primer nivel, 2º y 3º, y otros dos más livianos, 4º y 5º. Pero que brindaron triunfos, seguro. Otra cosa fue que los alcanzaran sus matadores.
Serafín Marín fue el que más cerca estuvo, pero también el que tuvo el brindis más claro. Intermitente trasteo, mejor en los inicios y en el cierre emocionante por manoletinas. La espada se le negó después tras un pinchazo y una tendida que no hizo efecto inmediato. Ovación para el catalán. En su segundo, menos claro pero que embestía también, se tradujo todo en enganchones y desajustes, viendo silenciada su labor.
Rubén Pinar tuvo el otro brindis bueno y le ofreció distancias enormes al de Ibán, quizá equivocadamente, y no hubo entendimiento pleno. Más difícil era en el sexto, incómodo por ambos lados y no pasó nada salvo abreviar.
El mexicano Fermín Spínola, cuya inclusión en la feria la ganó en este mismo ruedo el pasado año, disfrutó de menos brindis de los ibanes de turno, estuvo clásico y elegante pero frío y la gente le pasó factura sin prestarle mucha atención y es que el 12 de octubre le vieron los aficionados y hoy mucha más gente pero de toda índole a la que no les pidas mucha observación. Otra vez será.
Brindis hubo en la tarde en varias direcciones, pero finalmente no se pudo brindar. En lo que va de feria ningún espectador ha terminado alcoholizado a base de brindar.