Hacía tiempo que no veíamos en una plaza de toros, desbordarse al público con una incontenible pasión por un torero. En este tiempo taurino que vive actualmente México… con las escandalosas pillerías de un innombrable empresario, que tiene la responsabilidad de manejar un coso de suma importancia, y quien hace todo lo posible por acabar con la fiesta nacional, que hace hasta lo indecible por continuar pretendiendo ser, el único protagonista de la fiesta… aunque carezca de todo argumento.
Un innombrable empresario que no ha querido entender, que, para dar grandeza al espectáculo taurino… sólo la imponente verdad del auténtico toro íntegro, así como la dignidad y hombría del torero darán fundamento al espectáculo, sin olvidar que el público es el que en definitiva da vida y razón de ser a la fiesta nacional.
En este asfixiante panorama… el Nuevo Progreso de Guadalajara, se ha convertido en un oasis por su seriedad, y en un ejemplo digno a seguir por las demás plazas, que alguna vez tuvieron como espejo a la actualmente devaluada… México.
El factor… o factores fundamentales que lograron desbordar ese océano de pasión del público son en el coso de Guadalajara son muy simples: una empresa seria, responsable, que respeta la tradición… la presencia del toro, y el marco legal, presentando por consecuencia necesaria un espectáculo que convoca a los aficionados porque tiene garantía de éxito.
Así… el Nuevo Progreso que dirige Alfredo Sahagún, entendió del público y buscó tener en sus carteles a los toreros predilectos, así como apoyar a jóvenes que han sabido aprovechar esta inigualable oportunidad como… Guillermo Martínez.
En este contexto se dio el cartel del domingo pasado… 17 de octubre, el coso tapatío comenzó a recuperar a su público que hizo cerca de dos tercios de entrada. Ese público que en la segunda faena del recién alternativado Guillermo Martínez, enfrentando a un encastado toro de don Fernando de la Mora, después de los intensos trazos con el capote con el que dejó, primero, bellísimos lances a la verónica, y acto seguido, el hermoso quite por faroles tapatíos recortados con la zapopina que levantaron de inmediato a los aficionados notoriamente conmovidos, por la verdad de lo expuesto en el redondel.
Con la tela roja, sumó series el joven Martínez, fundamentalmente por el lado derecho, plenos de buen gusto, clase y armonía, y de no haber sido porque pinchó hasta en dos ocasiones, hubiera cortado hasta el rabo… porque seguramente la pasión desbordada del público así lo habría exigido. Sin embargo, después del tercer intento que logró el certero estoconazo, se le concedió merecida oreja que acabó paseando ante la irremediable entrega del público tapatío.
En contraposición… en el depreciado coso mayor del mundo, cualquier cosa que se haga, mientras no exista la verdad del auténtico novillo íntegro… en la actual temporada chica, o del auténtico toro íntegro en la temporada grande… deja de tener validez. Porque es indiscutible que el arte presupone verdad, y esa verdad en la fiesta taurina… la da sólo el TORO.
¡Qué bueno que existe el Nuevo Progreso de Guadalajara!, porque ha tomado el mando de la fiesta taurina en México, y se ha convertido en la plaza que da y quita; pues al estar nuestra querida Plaza México –no se sabe hasta por cuánto tiempo- en una especie de lamentable secuestro, tenía que ser así.
El domingo… a los toros, porque sólo el toro desborda la pasión del aficionado cuando lo enfrenta con gallardía un torero; pero… en ¡Guadalajara! ¡Ahí sí hay TOROS!