Eulalio López El Zotoluco decidió que todavía hay sol en el atardecer de su vida taurina, y habrá que aprovecharlo, nutriéndole con su experiencia, para que continúe iluminando el porvenir que le aguarda.
Eso está muy bien, y mejor será que con su sol crepuscular, ayude a consolidar a la generación taurina que ahí está, ávida de ser escuchada para mostrar los argumentos que le sustentan.

Zotoluco en el crepúsculo de su vida taurina, dice... que sí
Así no sólo dejará huella como gran torero que ha sido, sino el precedente de haber ayudado a formar a la generación del cambio, contribuyendo de esta forma, a la continuación y permanencia de la Fiesta como espectáculo.
Claro está… habrá que entender, que el cambio de apoderado que ha tenido, puede influir en algo, pero no es decisivo, dado que el gran público no conoce de apoderados, sino de toreros, y su veredicto está con relación a lo que hace el torero en el ruedo, no lo que el apoderado realice alrededor de éste último.
En contraposición, el novillero Christian Hernández dijo adiós a los ruedos cuando en la Monumental Plaza de Toros México, descubrió en la alborada de su vida torera –así lo hizo saber-, que esto de ser novillero ya no es su camino.

Christian Hernández en la alborada de su vida taurina, dice... que no
Este tipo de decisiones son plausibles, porque en primer lugar, son el resultado de una autocrítica; y segundo, dejan de perder tiempo en un proyecto del cual, es muy posible que han sido ajenos, al no conocerse realmente a sí mismos.
Sí, ajenos por la falta de una verdadera orientación con el fin de conocer sus cualidades y saber de todas sus posibilidades, para no andar dándose frentazos.
Luego los falsos elogios, y una equivocada manera de entender lo que significa ser un torero de verdad, los lleva a perderse en la vagancia, en donde mal suponen que un torero debe ser sinónimo de: mujeriego, parrandero y bebedor.
Y, ocurre, que cuando están frente al toro, naufragan en un océano de mediocridad, y es cuando su futuro se torna oscuro ante la disyuntiva de no saber qué hacer; y lamentablemente, ni pueden remontar por la falta de sustento, ni existe gente profesional que les apoye con honestidad, para buscar su camino.
Dos decisiones que se han suscitado en medio de un panorama taurino, en este momento, rebasado por el fútbol, en donde la mercadotecnia, publicidad y promoción, deben ser un ejemplo a seguir por los toreros, ganaderos y empresarios.