Si, un grito fuerte y sonoro es el que ayer en la Santamaría se ha escuchado de los más importantes representantes de la generación de toreros colombianos de inicios de los noventa, aquellos que tomaron la alternativa cuando el “huracán Rincón” soplaba con sus vientos más fuertes.
Tres de los más insignes toreros colombianos, que ya cumplen alrededor de 15 años de alternativa - Sebastián esta por los diez - ayer dejaron bien patente en el ruedo de la Santamaría, que hay que contar con ellos para el futuro de nuestra tauromaquia luego de que el gran maestro marche a su merecido descanso.
Estos tres “muchachos” vinieron a la Santamaría a dejar en claro que ahí están y que los jóvenes que tanto destacaron la temporada pasada no pueden olvidarse que los toreros con experiencia están dispuestos a dar la pelea. Los jóvenes comandados por Perlaza, De los Rios, Ramsés y ahora Cristóbal Pardo, dispuesto a triunfar en donde se le anuncie, tendrán que frentear no solo al toro sino a estos guerreros que ya curtidos, siguen erguidos presentando sus armas de batalla.
La madurez les ha llegado, caminan la plaza ya de otra forma, están frente al toro con más pausa y fundamentalmente tienen el oficio suficiente para poderles a los toros. Como se les ha visto ayer, la base de todo radica en que Pepe Manrique, “Dinastía” y Sebastián Vargas están matando bien a los toros, una asignatura casi siempre pendiente en la torería nacional, a partir de ahí también han encontrado el gusto con el capote, quieren llevarlos toreados a la verónica y también hacer quites vistosos, y con la muleta se muestran poderosos y llevando a los toros largo y por bajo.
Ayer, sobre todo en los primero cuatro toros, disfrutamos de las actuaciones de estos tres toreros, compitiendo entre sí y recibiendo el reconocimiento de un público entregado a ellos.
Manrique con poder y muy sereno, estuvo firme y torero ante su primero, lo entendió y realizó una faena intensa y recia. En su segundo toreó muy bien con la mano derecha y a pesar de su experiencia se dejó marear por el público cuando pudo finiquitar al toro y obtener un triunfo importante.
Dinastía manejando con gusto las telas, mostró que lo del año anterior no fue casualidad y que tiene una muleta con poder y si le dejan, con gusto.
Sebastián Vargas también con gusto en la capa fue al que le ví ejecutar verónicas sin echar la pata atrás y sin perder pasos, aún alterna la alegría de sus pares de banderillas con la calidad de su muleta.
Ayer fue un grito de batalla..... Batalla que veremos en el ruedo cuando ya el maestro no esté y todos los demás luchen por ocupar un lugar de privilegio en el escalafón nacional.