El cambio taurino no es sólo responsabilidad de la prensa seria y honorable, sino también de los aficionados, que organizados, logren hacer valer sus ideales… sus expectativas, y por obviedad, de la empresa, toreros y ganaderos.Justamente de esto platicaba con el rijoso, pero sin lugar a dudas, estupendo aficionado Javier Ángeles, al que su entusiasmo y el deseo por tener una fiesta taurina de primerísimo orden en Guadalajara… en el Estado de Jalisco, le desborda y lo exaspera por ver los tendidos del Nuevo Progreso casi vacíos.
Javier es uno de esos excelentes aficionados que exige el toro con edad, trapío e íntegro, lo que es un hecho que se presenta en el coso tapatío, y no lo puede refutar.
El Nuevo Progreso de Guadalajara, se ha convertido en la primera plaza de México justamente porque en su ruedo se presenta el espectáculo taurino más serio de toda la geografía mexicana, allí están las imágenes que lo demuestran.
Quizá en donde la angustia avasalla a Javier Ángeles, y a muchos aficionados… está en intentar pensar como empresarios para organizar temporadas de acuerdo a su forma de pensar, y no poderlo hacer.
Ellos quisieran tener más festejos… seguramente 52... todos los domingos del año, y actualmente sólo han podido asistir al Nuevo Progreso a dos, en este 2005.
Sin embargo, alrededor de estos buenos deseos, también debe estar el que los aficionados se organicen y también apoyen a la fiesta.
Exigir es tan sencillo sin aportar ideas para concretarse en hechos, y el solo criticar lleva a la absurda fricción.
Si el espíritu rebelde (pero con causa) de don Javier Ángeles, lograra reunir a una serie de aficionados -porque si bien es cierto no vive económicamente de la fiesta… sí vive de su pasión- para conformarse en un grupo serio, que apoye a la fiesta a través de las importantes actividades culturales taurinas (conferencias, mesas redondas, visitas a ganaderías y exposiciones), y ayude así a revivir la atención de los aficionados, del gran público y de los medios de comunicación en la fiesta. De esta forma… estarían dando un gran paso para comenzar a devolver la grandeza a nuestra vilipendiada fiesta taurina mexicana.
El sólo inconformarse por el sólo hecho de inconformarse, sin dar soluciones ni propuestas realizables… no lleva a nada.
Sí, también estamos de acuerdo que hace falta más difusión… un mayor y mejor manejo de herramientas como la publicidad y la mercadotecnia, para de esta forma ir nuevamente consolidando al público y cautivándolo de nuevo por la magia del espectáculo taurino, pero esto es una de las responsabilidades de la empresa.
El organizar los festejos, combinar los carteles… dar una importante y profusa difusión, es menester de la empresa; claro que los aficionados están en su derecho de opinar y sugerir, pues es a ellos va dirigido todo el esfuerzo que se haga para confeccionar los mejores carteles, pero quien sabe cómo distribuirá su inversión es el empresario.
Con esto nos damos cuenta que ahora mismo… si unen esfuerzos aficionados agrupados en peñas taurinas y empresa (confeccionando carteles con auténticos valores y, por supuesto, adquiriendo encierros con auténticos toros, además de la adecuada promoción del espectáculo), y sin lugar a dudas, la participación activa de la prensa honesta, volveremos a ver esa luz que nunca debió haber perdido la fiesta en México, y nuevamente la pasión resurgirá en el redondel como nos demuestra la fotografía en la que vemos como disputan su sitio, los novilleros Ernesto Castellón y Gustavo García Solo... justamente en el Nuevo Progreso de Guadalajara.