Cansado de tantas pillerías, Monseñor Cepeda, levantó su voz y de acuerdo a sus amplísimas declaraciones ante los medios de difusión, decidió tomar “al toro por los cuernos”, y hacer empresa acompañado para tal efecto, del empresario taurino Paco Calderón… en lo que se refiere a la organización (compra de ganado y contratación de toreros) de los festejos. El fin… recuperar la integridad de la fiesta.

El señor Obispo hizo hincapié que en la Feria de Ecatepec, que dará inicio el próximo sábado 16 de julio, sólo saldrán toros con edad, con trapío y en puntas, para con esto devolver ese esplendor que ha perdido por tanta corrupción.

No obstante, además de lo anterior, que es fundamental… lidiar el auténtico toro íntegro, Monseñor Onésimo Cepeda, decidió otorgar la oportunidad de torear en este serial, a los jóvenes. Sí a los jóvenes… a toda esa importante cantera que no es tomada en cuenta, para mostrar sus cualidades y dar rienda suelta a su inspiración demostrando de esta forma su valía.

Así invitó a formar parte del serial, como les informamos oportunamente, a: Paco González, Atanasio Velázquez y Xavier Ocampo -para el primer cartel que se dará este 16 de julio- jóvenes con futuro que puede ser promisorio, y enfrentarán… toros de Cerro Viejo. Para la segunda fecha, el 23 de julio, disfrutaremos de otro cartel que no tiene desperdicio, también por su frescura: Guillermo Martínez, Ricardo Rosas y Aldo Orozco, con toros de Jaral de Peñas. Mientras que para el tercero, el 30 de julio, se tiene programado un festejo de triunfadores, que puede ser en solitario… una encerrona, un mano a mano, una tercia o una sexteta, con toros (eso esperamos) de San Antonio de Triana.

He incluido la crítica frase de “eso esperamos”, cuando me he referido a los toros, porque después de un importante comentario reflexivo del joven periodista, Miguel Ángel García, en su nota de la semana pasada… sobre el tema, puso de manifiesto en el diario deportivo donde escribe, que “… la palabras del señor Obispo no corresponden con las fotografías de los encierros”. Esto, nos hizo ver con detenimiento que la razón le asistía.

Los carteles mostraban imágenes de inaceptables pequeñajos en lugar de toros, y eso resulta además de absurdo… alejado de toda ética, respeto y honestidad.

Por el bien de la fiesta, por el bien de los jóvenes, y por no fallar al importante reto que se impuso el señor Obispo Onésimo Cepeda, y por supuesto, por el respeto que el propio representante de Dios se merece, es fundamental que tanto la persona responsable de comprar los encierros, así como los ganaderos de Cerro Viejo… Aurelio Franco, de Jaral de Peñas… Juan Pedro Barroso, y de San Antonio de Triana, tengan la suficiente seriedad, así como el respeto y la honorabilidad para enviar TOROS.

Porque una cosa queda clara… toda esa palabrería de que “hay que cuidar a los toreros con toritos cómodos y a modo”, resulta un insulto a la grandeza de la fiesta y a la capacidad de los propios toreros, porque con eso, sólo tratan de encubrir la pillería y la corrupción, y a quien hace esto… hay que llamarle: ¡CORRUPTO!

No nos cansaremos de repetir que la fiesta taurina mexicana sólo se puede recuperar si en todas sus plazas sale por la puerta de toriles… EL AUTÉNTICO TORO ÍNTEGRO.