La penúltima corrida de toros en la sexagésima primera feria de Cali, resultó agradable para los aficionados que cubrieron la mitad del aforo de la plaza.
Se lidiaron ejemplares de Ernesto Gutiérrez encaste Murube – Santa Coloma bien presentados y con dispar juego, destacando el jugado en segundo lugar que fue indultado. Pesaron en su orden 474 – 524 – 536 – 476 – 552 y 524 kilos.
Antonio Ferrera: Saludo y palmas
Sebastián Castella: dos orejas simbólicas por indulto y oreja
Luis Bolívar: Oreja en ambos.
El vuelco que ha dado en su forma de torear el extremeño Antonio Ferrera es francamente sorprendente por el arte que le está imprimiendo a sus presentaciones. En su primero, un toro falto de raza pero con nobleza, tuvo la paciencia suficiente para ir metiéndolo en la muleta e ir construyendo una faena de maestro sobre ambos pitones, toreando al ralentí. Pinchazo tras pinchazo, lo privaron de obtener los trofeos. En el quinto también dejó ver su técnica, torería y su nueva tauromaquia con otro descastado, desentendido y distraído; vació el estoque y recibió las palmas.
 Castella indultó en Cañaveralejo Sebastián Castella tuvo un magnifico ejemplar que no fue muy castigado en varas y que aprovechó por derechas y naturales templando muy bien la embestida del toro con excepción en los remates de cada serie que dejaba que los pitones del toro tocaran la franela, desluciendo los pases de pecho. Faena larga en la que los aficionados pidieron de manera unánime el perdón de la muerte para el ejemplar de nombre “Boticario” marcado con el número 89 que pesó 524 kilos. Al segundo, el único que tomó dos varas, tuvo movilidad y recorrido entendiéndolo bien el francés que pinchó antes de depositar la espada en las carnes del pupilo de don Miguel Gutiérrez.
Luis Bolívar sin dejarse ganar la pelea, toreó con gusto a sus dos oponentes con los que lució en faenas acordes a las condiciones de cada uno de sus astados y obteniendo una oreja de cada uno de ellos.
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