Un galleo, por algo se empieza para aprender a torear

Hay gente del toro que se cree superior al resto de los mortales, que casualmente suele coincidir con aquellos que menos han aportado al toro y si realmente hay algo que hayan traído, lo más fácil es que no sea aprovechable, que solo sirvan como muestra de lo que no se debe hacer. Y de esto ha dado una gran lección don Cayetano, que no aguanta que le protesten un despojo y se encara con chulería de película mala con los aficionados que no están de acuerdo con que se regalen méritos a quién no se los gane. Le piden que se ponga en su sitio y responde con gestos de calma. Pero hombre, será por calma. Años lleva esta afición de Madrid con suma calma, esperando que este señor se entere de lo que es el toreo, cuyo primer requisito, como matador de toros, es anunciarse con toros, que no novillos. Pero habrá que seguir teniendo calma, paciencia y cajas de tila en la despensa, a ver si de una vez cumple con lo mínimo que se espera de un matador de toros. Pero no desesperen, que al menos obsequió con un airoso galleo para llevar el toro al caballo. Pues que siga aprendiendo, que no será por no tener paciencia, aunque son tantas las cosas en las que tiene que aplicarse Cayetano, para empezar, que está feo encararse con los aficionados.