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Con una tarde espléndida y con lleno de no hay localidades, tuvo lugar el festejo número 9 del abono, en que los tres espadas cortaron cada uno un apéndice y el último de la terna por fallar con los aceros perdió la Puerta Grande, sucediéndole lo mismo al matador que abrió la corrida.
El público en agradecimiento al espectáculo ofrecido por la terna, despidió con ovaciones al finalizar la corrida a los tres espadas, saliendo más que satisfechos de sus localidades tras un festejo algo largo pero entretenido. Antonio Ferrera en torero consumado lidiando, tanto con el percal como con la muleta, José María Manzanares como siempre con su estilista labor y Alejandro Talavante, arrebatando a casi todo el mundo menos a unos pocos más entendidos y exigentes en el arte de Cuchares. Yo que apenas se de esto, si lo pase más que bien. Los toros no es que fueran para triunfo, pero si había tres toreros dispuestos para conseguirlo.
Al finalizar el paseíllo se guardó un minuto de silencio, conmemorando que hace 98 años un toro hirió a Joselito el Gallo en la plaza de Talavera de la Reina, mortalmente. Como seria ese gran torero que pese a tantos años transcurridos aún permanece en el recuerdo.
Las reses de Núñez del Cuvillo, muy bien presentados con defensas astifinas, de variedad de pelajes manejables en conjunto; sobresaliendo cuatro de ellos. Palmas para el primero, ovación para el tercero y palmas para el quinto y sexto, pitos para el segundo y cuarto; tampoco muy exagerados de peso, la media fue de 579 kilos. Hoy si había mimbres para lucirse haciendo buenos cestos como así sucedió.
Ferrera con la diestra Antonio Ferrera estuvo en torero toda la tarde; ante su primero mansito y escasito de fuerzas, inició faena frente al tendido 6 con doblones toreros, estuvo muy bien con los redondos diestros y las primeras palmas para el (extremeño), a mejor fue aún por ese, muy bien por el otro pitón, estando muy por encima del cornúpeta demostrando su madurez, cerró labor por derechas pero sin la ayuda, estallando la primera ovación del festejo. Una estocada entera en todo lo alto liquidando al mansito burel. Pañuelos y oreja para el nacido en las Baleares. Esto empezaba con buen pie. Con su segundo, dio gusto verlo lidiar con el capote como se hacía antaño. El picador José María González aplaudido tras los dos puyazos en lo alto. Llegado el último tercio, ejecutó con la franela tres redondos de alta calidad, un cambio de manos magnífico, naturales con sentimiento rematados con forzado barriendo los lomos, durante toda la faena Antonio citó dándole el pecho, tras los pases diestros ovación para el de (Extremadura), con la otra mano bajó la intensidad. Lo feo fue ese metí-saca con la espada que surtió efecto rodando el animal. Palmas para el matador que saludó desde el tercio.
Manzanares en largo pase de pecho Bobalicón fue el segundo de la tarde para José Mª Manzanares, al que simplemente lo paró con la capa. No hubo brindis alguno; largos, largos y bajó la mano con la diestra en la segunda tanda, pero en el resto de la faena estuvo anodino, por ello surgieron las protestas. Eso sí estuvo como un cañón con la tizona al darle muerte al negro oponente. Silencio en las gradas. Un toro jabonero sucio le tocó en el sorteo que fue corrido en quinto lugar, feo de hechuras, con poca fuerza pero válido para lucirse con él, como así sucedió de principio a fin. Con el percal empezó el lucimiento con ramillete de verónicas, más la media, lances que fueron muy aplaudidos por el personal, el quite tras el primer puyazo fue sensacional, como también sucedió con la muleta, la primera tanda en redondo fue coreada con olés ya que fueron largos y lentos, a más la labor estallando la ovación para el levantino, un torero molinete para continuar con más redondos, con la zocata ni siquiera lo intentó. La estocada para despenarlo puede ser de momento la de la feria. Oreja pedida por la mayoría y trofeo para el alicantino.
Talavante con la izquierda La tercera oreja de la corrida fue a las manos del de Badajoz, Talavante, cortada al primero de su lote, los pases por el pitón derecho se corearon con olés y ovación tras el remate, en menos tono los naturales, retornando a la diestra sacando pases de su estilo de los que gustan a sus seguidores y alguien más, creo que su quehacer fue hacia arriba tomando vuelos, eso y la estocada entera que cayó en buen sitio, le valieron cortar el apéndice. El burel que cerró plaza, bien rematado, amplio de sienes y de buenas embestidas, que se prestó para el triunfo, hirió al caballo, teniendo que ser picado por el que hacia la puerta Miguel Ángel Muñoz que fue fuertemente aplaudido. También fue ovacionado con los aretes Juan José Trujillo que saludó montera en mano. Alejandro a los medios a brindar su labor y muerte al público, consciente que podía haber Puerta Grande, en el platillo, una tanda superior por derechas, más otra tanda que fue ovacionada; dos naturales profundos rematando con forzado largo, una nueva ovación, cambio de mano con mucha torería, la labor fue increchendo. La Puerta Grande le esperaba entre abierta, pero, pero, lo que es el destino, se la cerró el mismo al fallar con los aceros y todo quedó en un saludo ceremonioso, tras la ovación. Su gozo en un pozo y el nuestro también.
Ya veremos lo que nos depara el día de mañana con los toros de “Juan Pedro”.
Fotos: Muriel Feiner
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