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Poco que llevarse a la boca en la primera de feria. Los novillos de Guadaira no dieron el juego deseado.
 El primer paseillo de la esperanza. Foto: Plaza1 En el recuerdo quedaron dos pares de Andrés Revuelta de poder a poder y otro de Juan Navazo asomándose al balcón en el sexto. De los novillos las embestidas zurdas del segundo de la tarde y su buena presencia. Y de los novilleros las buenas intenciones de la terna.
Poco pudo hacer David Garzón con su lote. Lagartillo, astifino y delantero, que se frenó en el capote, mostró genio en el caballo y protestó en banderillas. Buenas intenciones, sobre su bisoñez, mostró Garzón pasando al novillo en varias tandas diestras. Sereno con la zurda, sin poder sacar lucimiento de la aspereza del novillo. Más próximo al toreo clásico que al moderno… algo es algo.
A Mandón respondía el cuarto. No hubo ajuste a la verónica, aunque alguna fue trazada con gusto. David Garzón se zafó de milagro tras caer en la cara del novillo. Hubo doblones buenos de inicio, ahormando la embestida. Con la diestra apareció de nuevo la firmeza ante la brusca embestida. La faena se convirtió en un toma y daca sin demasiado lucimiento. Fea la primera y eficaz la segunda estocada para finiquitar a este cuarto de la tarde.
La tarde empezaba a decaer, o, caer a secas, en el aburrimiento a estas alturas.
Carlos Ochoa ha tenido algo de más suerte que sus compañeros. Arinoso le ha ofrecido las mejores embestidas de la tarde al natural. Serio, sin fijeza de salida, le robó dos lances enrabietados de buen corte antes de ser desarmado. Tomó una buena vara de la que salió templado. Magnífico tercio de Andrés Revuelta que se desmonteró, justamente, por dos pares de poder a poder. Inicio por bajo jaleado -lo mejor de la faena-, en el que novillo transmitió mucho. Acelerado estuvo con la diestra, a la vez que el novillo decaía. Hermosas fueron las embestidas zurdas, también hubo muletazos sueltos de calidad, faltó conjuntar las series. Fue bravo y repetidor, mejor por el zurdo. Ovacionado al arrastre.
A Ochoa le sobró en este novillo lo que le faltó a Garzón en su primero, en el término medio, entre la frialdad de aquél y la fogosidad de éste, está el ritmo del toreo.
Nada pudo sacarle a su segundo que lucía cuajo y trapío. Y que peleó a tarascadas en el caballo. Llegó a la muleta entregado. Lo intentó de veras Carlos Ochoa, y logró algunos muletazos destacados citando de frente. Fatal con los aceros.
Ángel Téllez ha dejado retazos de interés aunque su lote le sirvió poco. Recreado, castaño, de buena presencia, salió sin fuerzas del primer puyazo y lo protestaron durante el segundo tercio. Nada pudo hacer Ángel Téllez con un novillo que llegó inválido a la muleta, además de descastado. Voluntad hubo por parte del novillero, pero si uno no quiere… ya saben. Lo mejor la estocada cobrada con lentitud.
Superior, con cuajo, cerró el primer festejo de San Isidro. Se había ido huido del caballo de la primera entrada, y lo que son las cosas, derribó en la segunda al coger al penco por lo pechos. Buen par de Navazo en este sexto asomándose al balcón. Téllez al público y Superior al muslo derecho, así comenzó la última faena de la tarde. Con la zurda aprovechando la inercia lo pasó con gusto. Una declaración de intenciones interesante que se fue al traste por culpa de la poca casta del novillo de Guadaira.
Ninguno de los novilleros se ha ido inédito de la plaza. Cada uno ha dejado con su impronta el deseo de volver a verles, apuntan clasicismo, y esto es de agradecer en los tiempos que corren de pegapasismo.
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