La Monumental de
Monterrey registró esta tarde tres cuartos de entrada en sombra y media en sol,
bajo una alta temperatura que llegó a los 30 grados.
Tarde de muchísimo
viento que molestó tremendamente a los toreros.
Dos toros de San
Isidro para Pablo; uno que se dejó y otro muy complicado. Dos novillos de La
Estancia; muy manejables, bravos y con clase, para Guillermo. Y 4 toros de LA
ANTIGUA de JORGE DE HARO; uno bravo y con emoción, otro con gran clase y dos
complicados.
PABLO HERMOSO DE
MENDOZA ha tenido una actuación de gran entrega y verdad. A su primero le hizo
una gran faena con todas las suertes que le han llevado a ser la figura que es,
y otra de gran sabiduría, ante un toro muy difícil, que arreaba y que no le
dejó lucirse. Falló al matar en sus dos; dejando la oreja de su primero.
Fue muy ovacionado.
DIEGO SILVETI se
encontró con un primer toro bravo y con emoción, al que le hizo una faena muy
emotiva, con pases por ambas manos, luchando con dos problemas que tenía que
resolver: uno por llevar el toro sometido, y otro por tener que pelear con un
vendaval que le molestó de verdad. Le hizo la faena, pero no había manera de
acomodarse para hacer una faena triunfal al querer torear con una muleta que se
flameaba intermitente. Estocada y un descabello. Fue ovacionado en los medios.
Su segundo fue un
toro difícil, y que fue rajándose a medida que avanzaba la faena, intentó todo,
pero no había manera, y después fue muy complicado para matar, al escarbar y
echar la cabeza abajo. Pinchazo, estocada defectuosa. Fue silenciado.
GUILLERMO HERMOSO
DE MENDOZA ha caído de pie ante esta afición, todo entrega y valor. Hoy ha
realizado dos faenas muy impactantes que le han valido para obtener un triunfo
muy importante, pero la hoja de peral no le ayudó; echando todo por la borda.
Fue ovacionado en su primero, y dio una merecida y ovacionada vuelta al ruedo
en su segundo.
SERGIO GARZA sabia
que hoy tenía que ir por todo. Desconcertó al cambiar su toreo de impacto en su
primero, para querer hacer el toreo de clasicismo; lo hizo, pero no conectó
ante un toro de gran calidad. Fue ovacionado después de fallar a espadas.
En su segundo,
regresó a la línea de fuego; se fue a los medios para pegar tres cambiados de
rodillas de salida completados con chicuelinas. Se le entregó su público
al ver la disposición. Puso banderillas con la gente entregada, pero, sus ganas
y deseos con la muleta, se estrellaron ante uno toro que no se prestó.
Se vino la faena
abajo y no pudo llegar el triunfo. Mal con la espada, siendo ovacionado.  .
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