Con media entrada se han lidiado dos toros para rejones (1º y 4º) de El Capea, dos (3º y 6º) de Garcigrande y tres (2º, 5º y sobrero) de Alcurrucén, de distinto juego. Corrida a beneficio de Cáritas.

Diego Ventura, oreja y dos orejas

Álvaro Lorenzo, oreja, ovación, ovación y dos orejas del sobrero.

Foto archivo

Se conmemoraba el 150 aniversario de un coso emblemático, como es la de la capital imperial, Toledo. Una localidad, con muchísima historia taurina y con grandes figuras del toreo que han marcado un antes o después en la historia de la tauromaquia. Para tan emblemática fecha se anunciaba la joven promesa toledana Álvaro Lorenzo, junto con el rejoneador Diego Ventura.

El espada al que apoderan la familia Lozano, ya tuvo la oportunidad de torear el año pasado en la tradicional corrida de toros de Corpus, solamente unos días después de tomar la alternativa en Nimes. También decidió hace cuatro años, de novillero, encerrarse el Domingo de Ramos con seis novillos. Y personalmente hoy no le he terminado de ver cómodo en la tarde, aunque bien es cierto que ninguno de sus toros dio opciones para el lucimiento.

Ante su primer oponente, un toro que en las primeras series medio se dejaba, aunque tenía el defecto de tirar la cara alta al final del lance. Se vino muy pronto a menos, parándose y aplomándose bastante, terminando muy aculado en tablas. Álvaro no se terminó de sentir del todo a gusto, dejándose tocar mucho la muleta y en las dos últimas series, con la res ya muy aculada en tablas, abusó en acortar las distancias y ponerse muy tremendista. Lo mató de una estocada entera trasera de colocación. Sus paisanos le premiaron con un apéndice, hizo bien el usía en no hacer caso en la petición de la segunda.

Con su segundo, un toro que tenía cierta bondad y nobleza, pero no tenía mucho dentro. Aparte de quedarse muy corto y tirando la cara alta al final del lance, le faltó mucha más casta y raza. En este animal el joven espada toledano, no lo terminó de ver claro y abrevió doblándose por bajo en un macheteo. Lo mató de una estocada muy desprendida de colocación.

El que salió en quinto lugar por los chiqueros, fue un animal que en los primeros tercios, dio síntomas de no estar sobrado de fuerzas, perdiendo en varias ocasiones las manos. En el último termino la res sí que llegó con cierta calidad en sus embestidas, pero se vino muy pronto a menos, parándose y aplomándose bastante. En las primeras series, lo llevó con cierta templanza, pero siempre a media altura y colocado muy al hilo del pitón sin cruzarse nunca. Al ver que la faena no terminaba de llegar a los tendidos, decidió a mitad de su labor, acortar las distancias, propinándole un sinfín de circulares invertidos, cambiados de muleta de mano por la espalda y lances de cara a la galería. Lo mató de una estocada baja de colocación, precedida de un pinchazo. Hubo una petición de oreja, pero el usía supo mantener el rigor del coso, no concediéndola.

El sexto toro de la tarde, fue más de lo mismo. Un toro que tuvo cierta calidad, por el pitón derecho, pero sin terminar de romper en ningún momento. Luego por el pitón izquierdo al animal le costó un poco mas embestir a los engaños y se comenzó a venir muy a menos, acabando muy parado y aplomado. Álvaro comenzó calentando a los tendidos, con varios lances de rodillas. Después en las dos primeras series con la mano derecha, si que le dejó lances con templanza y calidad, los mejores de toda la tarde. La res se comenzó a venir a menos y Álvaro volvió a abusar en acortar las distancias, con varios gestos para calentar a los tendidos. En este animal estuvo muy mal con los aceros.
 
Al ver que la actuación en los cuatro animales, no había tenido mucha redondez, decidió regalar el anunciado como sobrero. La res al igual que la mayoría de los salidos anteriormente, tuvo bondad, pero no decía mucho a los tendidos, faltándole muchísima más casta y raza a la hora de embestir a los engaños. En este realizó un digno quite por tafalleras. Después en el último tercio, volvió a dejarnos algunos lances con cierta templanza, pero no terminó de llegar a los tendidos, porque no lo llevó del todo toreado ni sometido por bajo, para que la res durara un poco más. Lo mató de una estocada muy desprendida de colocación y al toro lo tiraron los banderilleros realizándole la rueda. Se le premió con las dos apéndices de manera muy excesiva.

El rejoneador Diego Ventura, lo mejor de sus dos actuaciones, lo dejó en el cuarto de la tarde. Un animal que colaboró mucho más para el lucimiento, que su primero. Expuso y dio la cara, sobre todo a lomos del caballo Sueño, donde se dejo llegar mucho los pitones del toro, llevándolo de costado alrededor del ruedo. También de manera sorprendente a lomos del caballo Dorado le dejó un par de banderillas a dos manos, pero quitando el bocado al equino y dirigiéndolo solo con los pies, algo sorprendente nunca visto. Con el que abría plaza, no dijo mucho a los tendidos, ya que la res casi no tenía nada dentro.

Ya para finalizar, hacer una mención a la gran entrada registrada en el coso toledano. Me esperaba muchísimo peor entrada, pero el público respondió y dejó bien claro, que en la ciudad Imperial siguen interesando los toros. Una lástima que para tan destacado aniversario, no terminara de tener redondez la tarde, en ninguna de sus actuaciones.