La plaza registró casi el lleno en esta quinta de abono en la feria que celebra los 60 años del coso caleño en el que se lidiaron ejemplares de “Salento”, bien presentados y de juego potable en términos generales, destacando el primero que fue premiado con la vuelta al ruedo. Pesaron respectivamente 466 – 462 – 462 – 446 – 444 y 476 kilos.
Luis Bolívar: Dos orejas y silencio
David Mora: Saludo en ambos
Pablo Hermoso de Mendoza: Palmas y silencio.
 Luis Bolivar salió a hombros de la plaza El mal uso de los aceros privó a los alternantes de cortar un número mayor de orejas con excepción de Luis Bolívar que manejando también de manera incorrecta el acero, le fueron inexplicablemente concedidas por parte del palco presidencial en un desacierto mas, las dos orejas, con una hubiese bastado.
El diestro vallecaucano, en ningún momento acusó la falta de corridas en este 2016 que fueron realmente muy pocas y se prodigó en una faena de alto nivel con un gran toro que tuvo ritmo y son en las embestidas nobles que supo aprovechar. La pena fue el uso de la espada que fue caída. En su segundo a base de porfía y conocimiento, logro embarcar las embestidas descompuestas y sin clase de su oponente, causando efecto en los tendidos por el temple que imprimió a su labor. Pinchazo, estocada y descabello.
David Mora, construyó faena de gran nivel, maciza, firme, ligada a un buen toro que tuvo prolongación en las embestidas por el pitón derecho, no así por el izquierdo por donde salía corto y con la cara alta. Al tercer intento logró despenarlo. Su segundo tuvo inicios que se pensó iba a tomar vuelo por las características formidables del toro que embistió con calidad pero se apagó y la labor se vino de más a menos. La estocada fue entera pero la tardanza para rematarlo con la puntilla enfrió los ánimos de la concurrencia.
Pablo Hermoso de Mendoza, correcto y conectando con los tendidos en sus dos toros pero manejando muy mal la hoja de peral en el tercero, descordando y echando pie a tierra en el sexto para despacharlo con dos descabellos. Los dos ejemplares fueron codiciosos y aptos para el lucimiento del rejoneador.
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