inicio / opinion y toros
 
   
   
Inicio
Editorial
Opinión
División de Opiniones
El Arte del Rejoneo
Reportajes
Mano a Mano
Tribunas
Noticias
San Isidro
Enlaces
Novedad Quiénes somos
Buscador OyT
   
 
Previsión del tiempo para MADRID
 
 
Gracias por seguir con nosotros
 
30/10/2016
  (Ciudad de México) Medina Ibarra y Román Martínez, quien cortó una oreja, protagonistas de un accidentado octavo festejo en La México
 
Firma: Jorge Eduardo
 
     
 

Octava novillada, cuarta con picadores, de la Temporada Chica 2016 “Soñadores de Gloria. Duelos Taurinosde la Monumental Plaza de toros México. En tarde-noche lluviosa durante la lidia del primer novillo, pero fresca y despejada el resto del festejo, y ante unas cuatro mil personas, se lidiaron seis novillos-toros del hierro hidrocálido de Medina Ibarra. En cuanto a presencia los seis cumplieron a cabalidad. En lo que respecta al juego, la novillada fue brava y encastada con distintos matices. Sobresalieron los lidiados en primero y segundo lugar, mientras que la segunda parte de la novillada prácticamente pasó inédita. Actuaron cuadrillas completas lideradas por los siguientes novilleros:

Héctor de Ávila: pitos en su lote, aviso en el cuarto, y herido durante la lidia del quinto.

Román Martínez (presentación en esta plaza): oreja en el único que mató.

Pablo Mora (presentación en esta plaza): palmas, silencio en el quinto, que mató tras los percances de sus compañeros, y ovación tras aviso.


El de Yahualica, Jalisco paseando su trofeo

Saludó en el tercio Ángel Martín González hijo tras poner un soberbio par de banderillas al quinto de la tarde.

El ganadero Jorge Medina dio una vuelta al ruedo al terminar el festejo. Anteriormente recorrió el anillo en compañía de Román Martínez.

Durante la novillada se examinó el picador Carlos Domínguez.

El jaliscience Román Martínez sufrió una cornada de dos trayectorias en la cara posterior del muslo derecho, una de veinte centímetros hacia arriba y adentro que lesionó aponeurosis, músculos de la región, y contundió nervio ciático y femur; la otra trayectoria, de quince centímetros y hacia abajo, contundió músculos de la región según informó el cuerpo médico del doctor Rafaél Vázquez Bayod. El percance le imposibilitó lidiar al segundo de su lote. 

Por su parte, mientras toreaba con la muleta al quinto, Héctor de Ávila, mexiquense, sufrió una voltereta espeluznante, tras de la que perdió el conocimiento. Sufrió una fractura en la clavícula derecha y otras lesiones menores en la cara.

La lidia del sexto novillo quedó en suspenso por algunos minutos puesto que todos los novilleros se encontraban en atención médica. Finalmente, el español Pablo Mora pudo salir a pasaportar al sexto.

De la tierra de la gente buena, buenos toros de Medina Ibarra. Román Martínez, es de Jalisco y no se raja.

¿Por qué maldita sea tardamos tanto en volver a ver a Medina Ibarra? Don Jorge Medina y sus toros dijeron hola y adiós en esta plaza, hace casi una decena de años, regresándose a un novillo a padrear al rancho. Los criterios de la nueva empresa trajeron de vuelta a una ganadería que desde hace años apetecía ver, y de la que nos vimos privados por miopía deliberada y cizañosa del empresario anterior. Este domingo cumplieron con enviar una novillada brava, encastada, y muy bien presentada que colaboró a la frustración del escaso público presente en el embudo de Insurgentes tras ver como uno por uno, excepto por el segundo, se fueron al desolladero con las orejas puestas y con mucho por torear adentro. No obstante, el agradecimiento de la afición se manifestó en la atronadora ovación que hizo salir al tercio al ganadero antes de arrancarse a dar una vuelta al ruedo.

Pero vayamos por partes. El primer espada mexiquense Héctor de Ávila tuvo una tarde dura y difícil en tono descendente. Solo el terrible percance que sufrió durante la lidia del quinto detuvo la bola de nieve de una actuación monótona con el público en contra, y que pudo terminar en un auténtico desastre para sus aspiraciones taurinas.


Héctor de Ávila, momento de susto

Tomó los trastos toricidas en tres oportunidades, y mató a dos novillos. Su lote se conformó por Nechín –n. 116, 440 kg.- un novillo tirándole a toro muy bravo, largo, con motor, brío, y repetición, codicioso, un animal de lío gordo, con el que el novillero fue un mar de dudas. Robespierre –n. 5, 426 kg.- otro toro con disposición para embestir aunque suelto, con el que el chico francamente naufragó. Escuchó  abucheos tras un aviso perdido por ahí, que Jesús Morales, con su acierto habitual, mandó a las mil quinientas horas. Quino –n. 86, 422 kg.-, quinto de la tarde que lidió por Román Martínez, lo mandó a la enfermería tras una espeluznante cogida que lo dejó inconciente. Pablo Mora se limitó a matar a pesar de las buenas condiciones que apuntaba el novillo, y que bien merecía algún esfuerzo.

Ángel Martín González pareó de forma extraordinaria al quinto de la tarde, con toda exposición y verdad, poniendo de pie a la concurrencia entera tras asustarla con su valor temerario.


Al tercio Ángel Martín Gonzalez hijo

Se presentó en esta plaza Román Martínez, del taurino estado de Jalisco, y de la taurinísima región de los Altos, tierra de bellas mujeres, toros, charros, luchadores, mariachis, músicos, y carnavales. Ratificó su valor a toda prueba y las ganas de ser torero que ya había manifestado en sus interesantes intervenciones en la reciente temporada de la Plaza de toros Arroyo. Sin embargo, en esta tarde puso un ingrediente extra, mostró el germen de un muy buen torero en ciernes más allá de su disposición y su actitud. Su verdor es manifiesto, pero también su buen ojo para quedar bien colocado, o para reponerse cuando no lo está, además de su buen trato con las telas. Hizo el toreo delicado, suave, fino, con mucha calidad, aunque entre ciertos altibajos lógicos por lo nuevo que está. Por el derecho vimos poco, pero al natural firmó momentos excepcionales, largos y templados, con personalidad y un incipiente sello. Tiene, además, los recursos necesarios para salir de aprietos y no dejar caer su labor a la vez. Cortó una oreja meritoria pero cuestionable, en el entendido de que en su único intento por estoquear, del que salió herido, dejó apenas un pinchazo, y la labor de enterramiento hizo doblar al burel, mientras que el puntillero pasaportó con cierta maña, eficacia, experiencia, y conocimiento de su oficio.


Hasta allá metieron la cabeza los de Medina Ibarra

El novillo se llamó Enrique –n. 94, 432 kg.- y de su lidia también cabe destacar, además de su salto sesgado al callejón por la zona del burladero de la porra cuando ya estaba picado y banderilleado, el sobresaliente quite por gaoneras que instrumentó Román. Simplemente soberbio, quieto como un poste, muy toreado, rematado con una bella revolera, que calentó el cotarro. El propio novillero le puso banderillas echando mano de quiebros y galleos para resultar muy aplaudido. El utrero tuvo características similares al primero de la tarde, también de triunfo gordo, aunque su embestida fue más corta, y manseó un poco. Fue ovacionado en el arrastre, y el ganadero dio su primera vuelta al ruedo de la tarde acompañando al herido Román Martínez y a los niños toreros de la puerta de toriles.


Sobresalientes gaoneras de Román Martínez

De ultramar llegó el madrileño Pablo Mora, joven con mucha escuela que hizo honor al academicismo con un toreo pulcro pero frío, correcto pero sin conectar con los tendidos, técnico pero sin reventar a los novillos. Lidió en primera instancia a Ponchín –n. 82, 438 kg.- el menos de trapío, noble pero soso, con el que instrumentó algunos buenos trazos, pero la labor fue fría en términos generales. Mató muy bien y se tapó entre aplausos. Con el quinto, el ya mencionado Quino se limitó a matar, aunque la vida de un toro bravo bien vale el intento de hacer algo.


Pablo Mora, debut desangelado

Hizo sexto Quique –n. 51, 430 kg.- que era un toro hecho y derecho, y que le dio una paliza a Pablo Mora en un recibimiento de capa más que atrabancado. Fue conducido a la enfermería y el festejo quedó en suspenso. La autoridad anunció por la megafonía que la lidia continuaría sin matador, y que terminado el primer tercio se determinaría el procedimiento a seguir en caso de que no saliera el novillero. Finalmente, y tras una lidia muy accidentada que incluyó dos fuertes tumbos, salió a cumplir el originario de El Boalo. La gente le tomo a bien el gesto de salir a pesar de la paliza, que estuvo firme sin lograr mayores resultados ante un animal que se resabió en todos los minutos que lo dejaron pensando solo en el ruedo. Recibió palmas tras un aviso.

El próximo domingo se ofrecerá la última novillada en domingo y con cartel anunciado de antemano. Partirán plaza Javier Castro, el francés Andy Younes, y el poblano Héctor Gabriel para despachar un encierro de Golondrinas. Posteriormente se definirá la culminación del certamen novilleril, que constará de tres novilladas nocturnas en sábado, y que seguramente se compondrá de carteles muy interesantes. Ojalá y la afición responda como merece el esfuerzo de todos los involucrados en montar el serial. 

Foto: Luis Humberto García "Humbert".

 
     
   
     
   
     

  haznos tu página de inicio   
 
EL FINAL DE UNA ETAPA
LLEGAMOS A DONDE QUISIMOS. PUNTO Y SEGUIDO
ETERNAMENTE… GRACIAS
Op. / Castro
Editorial del Mes
Op. / Plá
EL FINAL DE UNA ETAPA
LLEGAMOS A DONDE QUISIMOS. PUNTO Y SEGUIDO
ETERNAMENTE… GRACIAS
 
D. MÁXIMO GARCÍA PADRÓS: El Ángel de la Guarda de los toreros
¿QUÉ HA SIDO LO MEJOR DE LA TEMPORADA 2018?
LA FERIA QUE LO CAMBIA TODO
Mano a mano
Div. Opiniones
Reportajes
D. MÁXIMO GARCÍA PADRÓS: El Ángel de la ...
¿QUÉ HA SIDO LO MEJOR DE LA TEMPORADA 2018?
LA FERIA QUE LO CAMBIA TODO
 
TOROS EN QUITO: DE MAL EN PEOR /
UNA ETAPA MÁS /
NO VALE RENDIRSE /
Op. / Ecuador
Op. / España
Op. / Venezuela
TOROS EN QUITO: DE MAL EN PEOR
UNA ETAPA MÁS
NO VALE RENDIRSE
TODAS LAS NOTICIAS DE CADA PAÍS
España   Francia   Portugal   Colombia   México   Ecuador   Perú   Venezuela 
 
Oyt en Facebook
 
Oyt en Twitter
 
 
     
 
 
 
     
escucha el pasodoble  
 
 
   
  opinionytoros.com  
© diseño web BIT FACTORY, S.L.
Antolín Castro Luis Pla Ventura