Con tres cuartos de entrada, se han
lidiado toros de Alcurrucén, el quinto como sobrero, correctos de
presencia y desiguales de juego.
Morante de la Puebla, silencio y
silencio tras aviso.
El Juli, oreja y dos orejas.
Roca Rey dos orejas y oreja.
 Foto archivo
Guerra sin cuartel entre El Juli y Roca
Rey. Con las espadas en todo lo alto. Autoridad del Juli en tarde
redonda, y hambre de triunfo del peruano que no perdona. La magia de
Morante una vez más voló a las Rías Bajas.
Una auténtica lámina los núñez de
Alcurrucén, castaños, colorados, melocotón, jirones. A la corrida
en conjunto le faltó raza aunque resultó manejable.
Descastado y falto de celo el que abría
feria. Noble y con fondo en la muleta el segundo. Se empleó en varas
el tercero pero se rajó en la muleta. Le costó tomar la muleta al
cuarto. Bravo embistió por abajo con recorrido el quinto. Apagado el
que cerraba plaza.
Decidió abreviar Morante con el
primero, un toro ayuno de raza y de clase en su embestida, tras
intentarlo en vano por ambos pitones. Desastroso con la espada.
Excesivamente anovillado el segundo, de
fría salida, barbeando tablas. Jaleado el quite por chicuelinas al
Juli. Faena bien estructurada y con ritmo del madrileño con un toro
que tuvo mucho fondo en la muleta. Casi toda sobre la diestra,
templado y ligado El Juli exprimió a “Flauta” labor compacta,
sin pausas. Mató de una estocada entera muy trasera.
Cayó de pie Roca Rey en Pontevedra,
desde el paseillo la peñas corearon su nombre, el peruano cumplió
con creces en su presentación.
Peleó con fijeza en el peto este
tercer toro cobrando un severo puyazo. Vistoso el quite por altaneras
aunque recorrió excesiva plaza. Volcánica apertura de faena con
cambiados por la espalda en los medios. Muy por encima de un toro de
deslucida condición, rajado y sin celo, Roca Rey mostró ambición,
sin renuncias. Se perfiló muy en corto matando de un estoconazo, del
que salió el toro rodado sin puntilla.
Se salió a los medios Morante toreando
a la verónica a pies juntos. Le costó tomar la muleta al cuarto.
Morante se encontró a gusto en una faena preñada de torería aunque
también es cierto, con muchos enganchones y excesivos tiempos
muertos. Preciosos los cambios de mano y ayudados, firmando algunos
momentos mágicos. Faena de destellos. Nuevamente no lo vio claro con
los aceros.
Se devolvió el quinto que arrastraba
los cuartos traseros. Quitó El Juli por zapopinas en el sobrero.
Principió la faena con muletazos de costadillo Bravo y noble repitió
por abajo en su embestida, siguiendo la muleta del Juli. Tiempo y
suavidad firmando naturales de alta nota en una faena de autoridad
que tuvo variedad. Mató de un estoconazo.
Puyazo trasero recibió el sexto.
Extenso el quite por tafalleras y gaoneras de Roca Rey. Apagado en la
muleta, el limeño le imprimió temple y ligazón sobre la diestra en
una voluntariosa faena. Recurrió al cuerpo a cuerpo entre los
pitones antes de volcarse nuevamente con la espada.
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