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17ª. Corrida de la Temporada Grande 2015-16. Corrida nocturna en conmemoración del 70 aniversario de la Monumental Plaza México. En noche agradable, y con una entrada por debajo de los veinte mil espectadores, se lidiaron siete toros de ocho que saltaron al ruedo. Tres de ellos fueron del hierro de Manuel Martínez (primero, segundo, y tercero), cuatro del de La Estancia (tercero, cuarto, quinto, que se despitorró, quinto bis, y sexto), y un sobrero de regalo de La Joya. Este último, de nombre Seda de Oro –n. 30, 480 Kg.-, jabonero sucio, calcetero de los cuartos traseros, un tanto descomido, pero de una lámina bellísima y una cornamenta imponente, fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre. El resto de la corrida fue dispareja de presentación, quedaron por debajo el lidiado en primer lugar, y el devuelto quinto, pitados de salida. En cuanto a juego, todos los toros, excepto por el sexto, tuvieron algo que torear. Los del fallecido mandón tuvieron algo más de castita y picante, mientras que los de los ganaderos Martínez Vértiz tuvieron al más suave para el torero, al que tenía mucho que torear, y al débil. Actuaron cuadrillas completas a las órdenes de los matadores de toros:
Ignacio Garibay: palmas, y fuerte ovación en el tercio.
Sebastián Castella: ovación en toro que lo hirió, palmas en el que lidió en el sexto turno, y dos orejas en el toro de regalo.
Arturo Saldívar: silencio, y división de opiniones en el que lidió en quinto lugar.
Castella volvió a tocar pelo en México. Foto: Archivo. Se retiró de los ruedos tras la lidia del séptimo, bajo el reconocimiento general de esta, que es su plaza, el popular banderillero capitalino Rubén Ávila.
Tras resultar herido en el segundo, se anunció por la megafonía de la plaza que se alteraría el orden de lidia para que hubiese el tiempo suficiente para atender a Sebastián Castella, de forma que pudiese lidiar su lote completo. Por lo tanto, Arturo Saldivar lidió al quinto toro, y el francés al sexto.
Por primera vez en la temporada hubo un toro de regalo, lo que significó el fin de una reconfortante tregua del trillado recurso. La salida del quinto toro a la arena se retrasó, pues un gato apareció en el ruedo y lo recorrió varias veces antes de ser capturado.
Transcurrieron veinte minutos entre el paseíllo y la suelta del primero toro.
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