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Tarde muy calurosa con 33 grados de temperatura que soportaron los aficionados que cubrieron tres cuartos del aforo. Se lidiaron ejemplares de Juan Bernardo Caicedo muy bien presentados, distraídos y con falta de casta. Pesaron respectivamente 526 – 472 – 472 – 488 – 486 y 486 kilos.
Diego Ventura (Rej.): Palmas y oreja
Luis Bolivar: Palmas y ovación
Alejandro Talavante: Saludo y oreja.
Último paseíllo en Cañaveralejo Una vez más el rejoneador Diego Ventura, sentó cátedra en el difícil arte de Marialba. Su primer ejemplar con poco celo y sin transmisión, logró con sus equinos Demonio y Oro colocar farpas y banderillas en buen sitio. Pinchazo, rejón y descabello pasaportaron a soviético. El cuarto, un toro distraído y desentendido al inicio de faena, se fue calentando y permitió que Ventura con Cigarrera y Morante, construyera faena colofonada con rejón de muerte en buen sitio, premiada con la oreja.
Una oreja paseó, como Talavante, Diego Ventura El primer ejemplar de Luis Bolivar planteó problemas desde la labor de capa en la que se vio poco afortunado por lo enganchones que se produjeron. Con la muleta hubo momentos lucidos y otros no tanto en labor de altibajos. El quinto de la tarde tampoco favoreció las intenciones del colombiano que quiso torear con la capa siendo desarmado. Con la franela poco vuelo tomó la faena por lo irregular de la misma. Estocada entera. Lo importante ha sido la disposición con la que salió a resolver la papeleta.
Luis Bolívar con la diestra El aire molestó mucho a Talavante en la intervención de su primero pero hubo variedad en las ejecuciones muleteras. Las embestidas descompuestas del de Juan Bernardo, hicieron embarullar al de Badajoz. El sexto de la tarde que cerró la corrida y la feria, abrigó algunas esperanzas pero tampoco, faena sin ligazón y demasiado destemplada. Para destacar y por ello la oreja, el soberbio espadazo que puede calificar como la estocada de la feria.
Fotos: Alberto Suárez
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