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El cartel inicial era Castella, Perera y López Simón, pero la cornada que sufrió en La Glorieta de Salamanca el matador Miguel Ángel Perera, no permitió su presencia en la Plaza de Acho, por lo que el cartel quedó en un mano a mano entre Sebastián Castella y López Simón. Ambos matadores terminaron saliendo en volandas de los costaleros limeños en medio de las ovaciones del respetable.  Los diestros Sebastián Castella y López Simón a hombros en la Plaza de Acho
Sebastián Castella, silencio, dos orejas y vuelta al ruedo
López Simón, dos orejas, silencio y vuelta al ruedo.
Deshecho el paseíllo y tras una larguísima ovación a los alternantes, el diestro francés Sebastián Castella se estiró con el percal aseado sacando las primeras palmas de los espectadores. Hay que destacar que el animal daba señales que no iba largo y pegaba gañafones, tuvo recorrido por el pitón derecho, pero se vino a menos. Tras una estocada ligeramente caída, su labor se silenció. Con el tercero de la tarde, el diestro del país convulsionado por el terror, estuvo variado con el capote de brega, hubo verónicas, chicuelinas, tafalleras, quites por las afueras. Con la muleta Castella enceló muy bien al pupilo de Daniel Ruiz, toreando con cadencia y lentitud cuando el toro metía los morros por la arena del viejo coso rimense. El toro soportó larga faena y embestía al tirón de Castella. Le recetó una estocada en todo lo alto y el público exigió la segunda oreja, que exhibió en medio de las ovaciones. Con el toro que hizo quinto el francés se lució en el percal y con la pañosa, pero el burel no quería embestir y tuvo poco recorrido, pero que el diestro supo administrar. Tras una estocada trasera el animal dobló y el público pidió la oreja y que el juez ésta vez no concedió.
Alberto López Simón, se estrenó en Lima. Su inició en Lima fue por verónicas prietas y en otra serie por chicuelinas, que fueron intensamente jaleadas. Los estatuarios iniciales y las series por el pitón derecho levantaron al público de los tendidos. La mano baja iba y venía por ambos pitones, series largas y profundas tuvieron la colaboración del buen toro que tenía recorrido, fijeza y nobleza. Mató recibiendo y las dos orejas fueron de clamor popular. López Simón se apoderó del cuarto que tenía poco recorrido, hubo pocos muletazos lucidos, pero su voluntad a toda prueba quedó demostrando en el ruedo, lamentablemente se eternizó con la espada y se silenció su labor. El que cerró plaza un castaño con peligro y lleno de dificultades desde que se abrió de capa el diestro español, mientras que el pupilo hispano recibió un buen puyazo. Su tesón para realizar una faena hilvanada por el pitón derecho se logró a pesar que el burel presentaba dificultades, se quedaba corto y buscaba que gar cornada, hasta que se lo echó a los lomos. Continúo en una faena muleteríl intrascendente, pero con derroche de ganas y torería. El público pidió una oreja que el presidente de plaza no concedió, por lo que fue obligado a dar la vuelta al ruedo.  Castella por chicuelinas en Acho  El francés Castella en un derechazo  López Simón estirándose en un natural  Templado y aseado derechazo de López Simón  López Simón con torería a un pupilo de Daniel Ruiz en Lima
Fotos: Rafael Morán
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