|
Finalizó la sexagésima feria de Manizales con grato sabor en una corrida que se recordará por la magnífica presentación del torero de Velilla de San Antonio Julián López El Juli quien no satisfecho con dos orejas que había cortado en el cuarto de la tarde, solicitó lidiar el reserva que a la postre indultó en medio de la algarabía, el delirio y éxtasis que produjo su faena.
Se lidiaron siete ejemplares del hierro de Ernesto Gutiérrez Arango, justos de presentación y nobles que pesaron 458 – 474 – 442 – 448 – 450 – 446 y 488 kilos. Se perdonó la muerte al séptimo de la tarde – noche marcado con el número 391 de nombre Flamenco.
Pablo Hermoso de Mendoza (rej): Palmas – palmas y ovación
Julián López El Juli: Saludo – dos orejas y dos orejas simbólicas por indulto. ---------- Pablo Hermoso de Mendoza se desplanta con Pirata No fue la tarde redonda de Pablo Hermoso de Mendoza quien encaja perfectamente en el corazón de los manizaleños. En esta oportunidad sus oponentes se fueron al destazadero con las orejas puestas por las ejecutorias poco acertadas, unas veces con el rejón de castigo, tratando de clavar en falso como sucedió en su primero, otras veces por dejar atropellar las cabalgaduras en sus cuartos traseros y otras veces porque el rejón de muerte no penetró con eficacia. Sin embargo la plaza entera le tributó su cariño y respeto como el gran exponente que es del arte de Marialba.
El Juli lució con variedad toreando de capa Las actuaciones de El Juli fueron francamente de antología, cosechando el triunfo con el cuarto y refrendándolo con el séptimo que regaló CORMANIZALES al punto de indultarlo en una faena que difícilmente se podrá volver a realizar en la Monumental por torero alguno. La tauromaquia de “El Juli” es sencillamente de magisterio por la inteligencia, los tiempos, las distancias, el poder, el mando, el temple, la profundidad y hondura con la que interpreta cada uno de los muletazos, a veces repentizados que dejan a los espectadores exhaustos de tanto aplaudir y afónicos de tanto cantarle los oles. Es de resaltar, el excelente juego que dio el ejemplar de Ernesto Gutiérrez de nombre Flamenco marcado con el número 391 con 488 kilos de peso; una autentica maquina de embestir por los dos pitones, con franqueza, nobleza, bondad y bravura.
El diestro de Velilla de San Antonio recibiendo las ovaciones Equivocadamente la presidencia ordenó la devolución del sexto por lesión en el remo delantero izquierdo, cuando lo procedente era que el toro se finiquitará en el ruedo, teniendo en cuenta que el ejemplar recibió castigo en varas y se cumplió con el segundo tercio. Ahí El Juli se ahorró la ejecución de la suerte suprema.
Fotos: Agnés Peronnet
|
|