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Llegó el primer festejo de rejones y con él un tipo de toro diferente, elegido y reseñado se supone para favorecer el espectáculo del toreo a caballo. Hoy dejaré a un lado el encierro lidiado de Fermín Bohórquez, para hacer un análisis del tipo de toro que se suele lidiar en este tipo de festejos.
El toreo a caballo ha ido evolucionando de forma notable en las últimas décadas, consiguiendo un importante hueco en la fiesta de los toros, sobre todo desde la irrupción de Pablo Hermoso de Mendoza, el mejor rejoneador que ha dado la Historia. Así, según el rejoneo ha ido aumentando su influencia e importancia, los jinetes han llevado a cabo un notable proceso de depuración, evolución y perfeccionamiento en las técnicas y suertes. Del mismo modo, también el tipo de toro que se lidia en estos espectáculos ha pasado por un gran proceso de selección que ha desembocado en un toro muy definido en tipo y comportamiento. Antes, cualquier tipo de toro, de cualquier ganadería, se lidiaba en un festejo de rejones. Es más, lo peor de cada vacada era lo que generalmente acudía a las plazas para ser lidiado por los toreros a caballo. Con Pablo Hermoso sobre todo esto cambia. Él empieza a mandar y a exigir un toro mucho más cuidado y seleccionado por y para el rejoneador.
 ¿Otro toro "especializado"? Así llegamos a la situación de los últimos años y que seguimos padeciendo en la actualidad: al igual que en el toreo a pie, también en el mundo del rejoneo se ha llegado a una situación de monoencaste, en este caso, del de Murube. Esta procedencia, también nacida del tronco de Vistahermosa (como la sangre Domecq), se ha convertido, desde hace tiempo, en la predilecta de los rejoneadores por sus características morfológicas y, sobre todo, de comportamiento. El galope, la nobleza y el temple en la embestida de este encaste es lo que le han convertido en el favorito para el toreo a caballo. Además, suele ser un toro grande, que sin problema pasa el reconocimiento veterinario en las grandes plazas. Al mismo tiempo, es un animal sin exageraciones, no tan fino de cabos como otros tipos de procedencias, astados siempre de capa negra, testuz acarnerada y algunas veces prominente... Así es el tipo de toro de Murube, encaste representado hoy en día principalmente por hierros como los de Fermín Bohórquez, los distintos de Capea, Los Espartales...
Pero, claro, si en el toreo a pie siempre exigimos variedad, también en este tipo de festejos sería deseable la apertura del abanico de encastes y ganaderías. Además, el toro de Murube de muchas de estas divisas se ha tornado en demasiado noble, soso y previsible. También falta emoción por parte del toro; una emoción y transmisión que podría proporcionar otro tipo de toro distinto al habitual y al que, por ejemplo, hoy se lidió en el primer festejo de rejones de esta Feria de San Isidro.
*Foto: Muriel Feiner. |
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