Por lo visto, Borja Domecq no tenía seis toros de Jandilla para venir a Madrid y lo tuvo que parchear con tres del otro hierro de la casa. Esto de buscar y rebuscar por todas las ganaderías toros para las “figuritas” se está poniendo cada vez más difícil. Y como aficionados preguntamos ¿esto es serio? Para más inri, además, un inválido Jandilla titular fue sustituido por otro de Carmen Segovia. Y después de ver la basura general de toros que finalmente se lidiaron (mal presentados, algún anovillado, algún otro despitorrado, mansos, inválidos, descastados, sin poder alguno) a los que casi no se picó y a pesar de todo perdieron las manos muchas veces, los del 7 nos preguntamos si es que no hay toros de verdad en todo el país o esto que hemos visto hoy es lo que las figuras (y sus veedores) nos quieren vender como toros de lidia para la primera plaza y la primera feria del mundo. En cualquiera de los dos casos es para salir huyendo y no volver más a los toros.

Lo dicho: Ni toros ni toreros

Volvía Finito a Madrid tras una larga ausencia y no sabemos muy bien el por qué, porque ninguno de los aficionados del 7 le añorábamos. Suponemos que porque Morante estaba harto de abrir siempre cartel y se buscó esta vez a alguien más veterano. Y decíamos ¿por qué no Juan Mora en vez de Finito, por ejemplo? ¿Es que era más caro? Se ve que esta empresa siempre piensa en los aficionados... Bueno pues Finito reapareció más pesado que antaño. Su primero fue un absoluto inválido que el señor Trinidad no quiso devolver. Y le dieron un aviso antes de tomar la espada. A su segundo lo capoteó pero no pasó de discreto. Parecía que iba a intentar algo más pero Morante, en su reglamentario quite, remató con una media tremenda que desencuadernó al de Jandilla. Ahí se acabó el torete y Finito volvió a estar aún más pesado y horroroso con los aceros. Que no vuelva, decían al final por el 7.

A Morante, tras otra gris actuación hoy, no le queda más cartucho en Madrid que la Beneficencia. Su paso esta tarde por Las Ventas fue de expectación... y luego de decepción. Y no diremos más, haciendo una faena de aliño, como él suele hacer cuando no merece la pena seguir.

Perera volvía a esta plaza tras haber cortado una polémica oreja en su actuación anterior y con el mismo presidente en el palco ¡Qué casualidad! A pesar de todo, debemos destacar que de todas las “figuritas” que ya han pasado por esta feria es el que más afán y deseos de agradar ha puesto. Sorteó dos flojos toretes de Jandilla, los que más parecieron moverse inicialmente, tras simular la suerte de varas en ambos. Con su primero estuvo como la vez anterior, haciendo el toreo moderno que tanto aplauden los claveleros y los isidros y tanto pitan y desprecian algunos aficionados del 7, perdiendo el torete las manos varias veces y alargándose hasta recibir también un aviso antes de entrar a matar. Falló con la espada en el primer intento y a pesar de ello hubo petición minoritaria pero esta vez el palco no cedió. Y Perera se dio una vuelta al ruedo, con división cuando llegó al 7. El sexto se fue parando a medida que avanzaba la faena, acortando distancias hasta darse el arrimón con el toro ya marmolillo total.

En tarde agradable y con un lleno aparente en los tendidos, hoy se produjo un nuevo fracaso del toreo moderno en esta plaza, por más que los “moleses y cía” intenten taparlo contando “milongas” y repartiendo sonrisitas por el plus. Hoy ni toros ni toreros se decía por el 7. No merece el espectáculo visto que perdamos el tiempo más.