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En tarde nublada y con menos de media plaza, este domingo, se presentaron los matadores Manuel Jesús “El Cid” (verde botella y oro), Sebastián Castella (azul eléctrico y oro con cabos negros) y Serafín Marín (rosa palidísimo y oro) ante toros de Valdefresno, bien presentados y parejos de tipo, descastados, pero que dieron juego en general, excepto el sexto que fue muy malo. Manuel Jesús “El Cid”, ovación tras aviso y silencio Sebastián Castella, vuelta tras petición y vuelta Serafín Marín, una oreja y silencio. En su segunda presentación en Barcelona este año, “El Cid” tuvo en su primero la oportunidad de desorejarlo, pues toreó con gusto y suavidad, arrancando ovaciones y dejando ver detalles plenos de torería, como unos preciosos naturales a pies juntos, pero falló largamente con el acero. En su segundo animal, nada le pudo hacer ya que el astado gazapeó y anduvo sin fuerzas toda la faena. Tardó nuevamente en despacharlo y se silencia su labor. El matador francés Sebastián Castella mostró deseos ante su primero abriendo bien su capote; le brinda a Marín la muerte de este animal y le instrumenta un cambiado por la espalda citando desde los medios que enciende la tarde; repite y luego sigue por molinetes, derechazos, naturales, ante un toro que no tiene mucha fijeza. Se aproxima al bicho y en un palmo le pega un pase invertido y desplante. Se perfila a matar: un metisaca y una estocada caida. El presidente no da la oreja al considerar la espada en mal sitio. Vuelta al ruedo. Al quinto, le plantea una faena en los medios tratando de no ahogarlo, pero el toro escarba, berrea y huye. Se pega un arrimón y el público se lo agradece ovacionando su valor. Pincha dos veces y le receta otra estocada caidilla. Vuelta al ruedo. Serafín Marín, demostró que pasa por un magnífico momento. Variado de capote, con verónicas, chicuelinas y delantales, logra las primeras palmas. Uno de sus banderilleros es atropellado por el toro, pero vuelve y clava en toda la cara. Ovación que genera ambiente y expectación. Sin brindar inicia su labor de muleta, logrando pases con temple y elegancia. El toro no tiene pases por el pitón izquierdo, así que se centra por el otro y pega tandas bien logradas. Termina con bellas manoletinas, un metisaca y una media lagartijera le permiten cortar la oreja. El sexto, fue reemplazado por blando (El Presidente se apresuró en sacar el pañuelo verde), y en su lugar salió otro aún más blando. Esta falta de fuerzas le impidió conseguir nada de mérito. Silencio. Los picadores en general estuvieron bien y picaron con oficio. Los banderilleros igual. El público, por el contrario, pide música y orejas con extrema facilidad, lo mismo que aplaude toros en el arrastre que han manseado en la arena. El próximo domingo, Dios mediante, se presentarán Antonio Barrera, Matías Tejela y Miguel Angel Perera, ante toros de Carlos Charro. |
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