Desgraciadamente un coso tan grande y majestuoso como lo es la Monumental Plaza de Toros México, se ve vacío domingo a domingo a pesar de que la Temporada de Novilladas ha comenzado; y fue así como terminó la Temporada Grande… sin un alma.
El público ha dejado de asistir a la plaza por diversas razones, quizá por la falta de seriedad de la empresa, o por el ganado que aparenta menos edad de la reglamentaria o simplemente porque no hay novilleros que interesen. Escuché por ahí, algún comentario de que el no asistir a la plaza, es una forma de protesta por la permanencia de la empresa actual que, por cierto, lleva más de una década al frente del coso capitalino.
Por otro lado, las entradas han sido de alrededor de unas mil personas u ochocientas, por lo tanto lo único que ve el novillero es un inmenso pedazo de cemento vacío en el cuál sólo retumba el eco de las notas del paso doble cielo andaluz al inicio del festejo y algunas otras al final de la lidia de cada novillo, en ocasiones se escucha sólo la voz del novillero que cita a la res para intentar ligar los muletazos.
En este momento no hay un novillero que sea capaz de convocar a un buen número de aficionados. Paúl Cortés, el triunfador hasta el momento, ya cortó oreja, pero en su segunda comparecencia, la entrada fue igual o peor. No sé si con Ernesto Sánchez se repita la historia.
Cuál será la motivación del novillero al presentarse en un coso vacío. Nadie le aplaude lo que hace, no hay quien le reconozca su quehacer. Es como si estuviera ensayando ante un animal a puerta cerrada en donde lo único que está ocupado es el callejón en donde por cierto hay gente que no tiene nada que hacer allí.
Hay novilleros que vienen triunfando en el interior del país. Suenan muchos nombres, quizá alguno pueda cambiar el rumbo de esta penosa historia de la fiesta en México. El problema es que a muchos de ellos les pesa el nombre de la plaza o simplemente nos damos cuenta de que los resultados en provincia son falacias por la falta de seriedad por las pachangas de las ferias que regalan triunfos para mantener contento al público.
El nombre de la Plaza México es importante y dice mucho, pero parece que lo que pasa en México ya no repercute y eso… es algo preocupante.