Cuando todos estamos pendientes de los carteles de San Isidro, fuera de Madrid, existen otros. Sí, existen carteles, e incluso ferias, al margen de la Feria de San Isidro. Uno cree, creía, que Madrid era quien daba y quitaba; del mismo modo que ese tópico que dice que “el toro pone a cada uno en su sitio”. Todo eso es de otra época y no solo del siglo pasado, pues ya en él, en su recta final, eran tópicos.
Concluimos, hace tiempo, que ni el toro pone a nadie en su sitito, -al toro, el que no habla, le quieren echar la culpa de todo- y que Madrid es quien da y quita, es otra historia de la antigüedad. Dos metáforas para distraer al personal y mantenerle al margen de lo que de verdad sucede. Fuera de Madrid suceden muchas cosas, casi todas. Las que suceden en Madrid, también, son importantes, pero no lo que debieran y mucho menos, marcan el devenir de la temporada.
Es curiosa la atención e importancia que prestan en el mundo a San Isidro y más curioso todavía cómo suelen escaquearse de esa realidad los profesionales taurinos. La realidad es que un torero “bien dirigido” puede evitar Madrid durante años y no hacerle mella en su carrera. Lo cierto es que se puede fracasar en Las Ventas y seguir toreando por todas partes cientos de corridas de toros. ¿Alguien lo entiende?. Pues debería entenderse todo y demuestra cómo se puede manejar la trayectoria de los toreros de tal manera que no se correspondan con la importancia “decisiva” de Madrid.
Quisiera que antes de conocerse los carteles oficiales de San Isidro 2005, aunque de dominio público, puedan conocer los distintos carteles que se pueden dar y se dan en otras ferias de España y del mundo. A ninguno de ustedes, amables lectores, les va a llamar la atención conocer estos carteles, pues todos ellos son, se les podría llamar así, de primera línea. Aquellos que no conozcan todavía los de San Isidro, incluso, pueden pensar que son de la próxima feria de Madrid.
1ª de feria: José Mª Manzanares (padre), Javier Conde y Morante de la Puebla. 2ª de feria: Finito de Córdoba, Curro Díaz y El Capea. 3ª: Jesulín de Ubrique, Vicente Barrera y Leandro Marcos. 4ª: El Cordobés, Antonio Barrera y Antón Cortés. 5ª: Eugenio de Mora, Miguel Abellán y Antonio Ferrera. 6ª: Luguillano, Oscar Higares y Canales Rivera. Además, con estos mismos toreros, que torean en todas partes, en distintas combinaciones, formaríamos otros tantos carteles. Añadimos otros nombres habituales en distintas ferias, en Sevilla por ejemplo, como José Luis Moreno, Sergio Aguilar, Jesuli de Torrecera, Salvador Cortés, Jesús Millán; a los que bien se podrían añadir Rafael de Julia, Iván Vicente, Paulita, Iván García, Sergio Martínez, Javier Castaño, Juan Bautista y tantos otros que ocupan distintos puestos en la cartelería de las plazas de España y nos encontramos con una feria paralela.
Es elocuente esta paradoja. Cómo se puede torear y torear sin pisar el albero de Las Ventas. Todos estos toreros citados, muchos, van a torear a destajo este año y Madrid no habrá importado nada. ¿Lo siguen entendiendo?. Ahora que ya en los estudios la reválida no existe, y cuando la íbamos a recuperar, la han vuelto a retirar, aquí campan a sus anchas todos los que quieren sin la reválida de Madrid. Con estos datos, ¿qué torero va a sentirse obligado a la reválida de Madrid, si puede torear en el circuito, -hay que llamarlo así- al margen de Las Ventas.
Fuera de Madrid está el truco. Madrid queda como las iglesias para el día de la boda: el escenario para una película que a todos gusta tener. Pero, pasada la boda, no les gusta volver salvo por algún compromiso especial. Si alguien cree que he exagerado algo en uno cualquiera de mis párrafos, bastará decir que César Jiménez, lleva una carrera fulgurante por todo el orbe taurino, con vitola de figura, y viene por primera vez a Madrid este año ¿le hizo falta para algo en su carrera?. Y en otro orden, Jesulín lleva toreadas tantas corridas o más que Ponce, sin haber dado una vuelta al ruedo en Madrid. ¿El no triunfar en Las Ventas, ha impedido que se infle a torear?. Lo dicho, FUERA DE MADRID, sucede todo. Aunque sea malo.