Seré corto, como el toreo eterno; corto pero intenso, largo al final, porque queda en la memoria de todos para siempre jamás. Fernando Cepeda, ayer en Madrid, nos provocó todo eso, con su toreo corto, pero para que más, si con lo que nos enseñó tenemos para no una tarde, sino para muchas y muchas tardes y siempre nos acordaremos de aquellos muletazos del 20 de marzo de 2005 al toro de Gavira.
Qué tendrá este toreo, que nos conduce a salir toreando de la plaza, a levantarnos por la mañana e intentar emular lo visto ayer, con la toalla en el baño, a perdernos en el recuerdo todavía reciente de los olés secos y rotundos de una plaza, difícil como ninguna, pero también sensible como ninguna, gracias a Dios, con estos toreros.

Qué tendrá este torero, que es capaz de transportarnos a todo esto; llegó tarde muy tarde a esto del toreo. Sí, muy tarde porque si hubiera llegado antes, lo hubiéramos disfrutado mucho más, pero más vale tarde que nunca y aunque sea a cuentagotas, nos está devolviendo todo lo perdido por su tardanza en la llegada al mundo del toro. Ahora, no era mala la mano que escogió para llegar hasta aquí, detrás siempre quedara ese pedazo de torero que fue y siempre será, Manolo Cortés, gitano grande de toreo más grande; qué lástima que al igual que su pupilo, no se prodigara en exceso en sus grandes faenas, o no, a lo mejor no es una lástima, sino un regalo, que sean esas pocas tardes las que nos regalen su pureza y su naturalidad, sobre todo su naturalidad. Qué gusto da, verles torear, igual que otros andan por la calle, natural, sencillo, bonito y embriagador, que fácil parece y cuán difícil resulta verlo.
Por eso, siempre que veo una faena de este calado, en un torero de este corte, pienso, al igual que ayer cuando Fernando daba la vuelta al ruedo, después de dejar la oreja, -eso sí, porque las orejas en estos toreros no tienen ningún valor- dije a su paso por mi localidad, “si tu quisieras y yo pudiera”. Sí Fernando, si tu quisieras darnos mas alegrías y yo pudiera verlas, que bueno sería todo. Aun así, seguiremos esperando. Gracias Fernando y Maestro Cortés.