De un tiempo para acá y con los servicios de internet y redes sociales como el Facebook que invadieron el mundo entero, los periodistas que cubrimos la actividad taurina hemos sido relegados e ignorados por los toreros que ahora también son periodistas y publican sus actuaciones con todo y registros fotográficos.
En épocas pretéritas, cuando el periodista por alguna circunstancia no podía asistir sobre todo a los festejos de provincia, el mozo de espadas del matador, el apoderado o el propio torero se encargaban de comunicarse con los periodistas para dar el resultado de la corrida; hoy no. El periodista pasó a ser un elemento ignorado por los toreros y con solo algunas excepciones, estos se comunican para dar su parte de triunfo.
Es una pena que el sistema de comunicación periodista – torero se haya roto y ahora sea el propio diestro el que haga las veces de periodista en muchas ocasiones publicando triunfos ficticios que caben únicamente en la mente de ellos.

Elementos del periodista
La mala información solo conduce a que el lector aficionado se forme una imagen errónea de lo acontecido.
En casos se eleva a la máxima potencia la presentación y comportamiento de los “toros”, cuando la verdad es todo lo contrario; faenas que encumbran a los toreros sin ser cierto; orejas que se cortan sin permiso de la autoridad pero se hacen efectivas para sumar en un escalafón, etc., etc., etc.
El Facebook se convirtió para los toreros en una tribuna de información con una vitrina de reseñas engañosas mal escritas, llenas de errores de ortografía, sin el mínimo de detalles gramaticales y de sintaxis, sin guardar el más exiguo y minúsculo respeto por el lector.
No hay que dudar que las intenciones de escribir de los toreros sobre sus actuaciones son buenas y sanas pero desdibujando y desluciendo su condición de profesional, entrando en la absoluta mediocridad como escritor o periodista.
“No escribas como periodista lo que no puedas sostener como hombre”, dijo el destacado político, periodista, historiador mexicano y miembro del Congreso Constituyente de 1856, Francisco Zarco.