Este sábado 5 de febrero, la Monumental Plaza de Toros México, cumplirá otro aniversario más de su inauguración… 59 años de existencia, y con sumo lamento, podemos decir, que en los últimos 10, ha estado en una especie de secuestro que la ha llevado al desprestigio total.
De pronto, a principios de los años noventa, Manolo Martínez… heredó para mal, a un empresario, el innombrable, que había sido parte de su seguridad.
Lo anterior no tendría importancia de no haber logrado, casi acabar con una tradición que en la propia Ciudad de México llevó casi 5 siglos de evolución.
Ahí comenzó el calvario que ha ido conduciendo, a nuestra fiesta, a la avasallante mediocridad.
Un señor que se dice empresario, pero que sin embargo… nunca ha demostrado serlo, por falta de preparación, de conocimientos, de inteligencia y de sensibilidad.
Nunca han existidos verdaderos planes empresariales, para proyectar e ir desarrollando en cada temporada, una serie de festejos en los que la afición pueda degustar de sus figuras del toreo, y con éstas últimas, ir alternando a jóvenes promesas, para conseguir su necesaria consolidación, y así fomentar el renuevo generacional.
Pero… ¡no!, esto no ha sucedido. ¿Qué torero ha formado esta empresa?... ¡Ninguno!
Igualmente, hemos visto aparecer en el redondel de la México, a pequeñajos como toros, con apariencia de erales… cuando mucho de novillos, además de prevalecer la ostensible sospecha de manipulación en sus astas.
La fiesta íntegra… el espectáculo íntegro, comenzó a extraviarse, y quedó en espera de que un hombre de bien, con inteligencia, talento, preparación taurina, cultura, sensibilidad, visión empresarial… ¡con suma honestidad!, llegue y devuelva la grandeza perdida a nuestra fiesta.
Pero… ¿qué han hecho nuestras autoridades?
Nada… permitirle al dictador de la México, todos sus atropellos. Y hasta subir los precios, no importando que varíen de categoría cada corrida.
Han pasado muchos responsables en la Delegación Benito Juárez, y en la misma Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, y todos han sucumbido ante la prepotencia del hombre que en la realidad, ha demostrado que no le interesa el espectáculo taurino.
Y como le ha tomado la medida a las autoridades, dado que no actúan... pues, el que actúa, es él. Es más... la seguridad pública... los policias... no existen en un espectáculo a donde acuden muchas personas.
Por eso, con mucha tristeza veremos el próximo sábado otro aniversario más, en donde seguramente no irán los verdaderos aficionados.
Llenarán el gran coso, como ha sucedido en recientes ediciones anteriores, la “gente bonita” de la sociedad mexicana, porque en eso se ha convertido la corrida del 5 de febrero, en una evento social… en donde artistas, políticos, empresarios, acuden para lucirse, aunque poco importe lo que suceda en el redondel... sólo hay que gritar: ¡olé!; y el hecho es más para una reseña de la llamada “prensa del corazón”, que para la prensa especializada.
¿Se lidiarán toros?... No se sabe, recuerden que los máximos atropellos del señor Enrique Ponce, han sido justamente en esa fecha, en donde todo lo ven "bonito".
No obstante, lo que sí es un hecho contundente, es que la gente, el gran público no regresará a la Plaza México, mientras permanezca la actual administración.
Pero, como siempre, usted lector amigo, tiene la última palabra, y esperamos con ansia leer sus amables comentarios.