Si profundizamos en la realidad del mundo de los toros muy pronto comprenderemos el horror que dicha organización supone. Como siempre hemos dicho, es lamentable que, en un mundo donde la verdad debería de resplandecer con más intensidad que el Astro Rey, sea la mentira la que inunde dicho mundillo y, lo triste de la cuestión es que tenemos ejemplos por doquier.

Ciertamente, todo gira en derredor de unos pocos diestros en lo que al montaje de las ferias se refiere y, lo más sangrante de todo es que nos quieren hacer creer que, ellos, sólo ellos, son los que en verdad valen; los organizadores lo dicen y, lo que es peor, hasta se lo creen. Por ello resulta muy gratificante cuando hay sorpresas dentro del escalafón; sí, porque las mismas desbancan a la mentira, es decir, la hacen palpable ante el mundo.

Curro Díaz, uno de los artistas aludidos, a hombros con Victorino Martín

Las sorpresas a las que me refiero, en realidad, no son tales; pero conforme está montado el mundo del toro, para cualquiera, que Rubén Pinar se haya declarado el auténtico triunfador de la feria de Albacete en dos tardes memorables, ello es la sorpresa más grande del mundo. No debemos de sorprendernos ante nada ni ante nadie; dije miles de veces que, la gran mayoría de los diestros del escalafón, de tener oportunidades, desbancarían para siempre a los llamados líderes; claro que, ya se preocupan ellos, los que mandan, que haya pocas oportunidades para los demás porque, como se sabe, en el país de los ciegos, el tuerto es el rey.

Juan Bautista, como sabemos, se ha erigido cónsul del toreo en Arlés y Nimes en tres actuaciones soberbias, compitiendo con las más grandes figuras del toreo. Juan del Álamo, harto de cortar orejas en Madrid, ha indultado un toro en la feria de Salamanca, dejando, como era lógico, una estela de toreo profundo al más alto nivel. Iván Fandiño se ha reencontrado consigo mismo en Bilbao y Dax, amén de otras plazas de menor nivel. El Cid, al que todos creían muerto artísticamente, al final de la temporada quedará como uno de los grandes triunfadores indultando varios toros. Y no hablemos de Curro Díaz que, a golpes de corazón, a sangre y fuego, lidiando auténticas corridas de toros se ha erigido como el artista más grande que ha pisado los ruedos de Europa, un artista mostrando su arte frente a toros que enorme emoción, es decir, el toro que todos soñamos.

He puesto algunos ejemplos de diestros que, en honor a la verdad, no contaban para nadie; y cuando digo nadie me refiero al gremio empresarial. Claro que, al final, para desbancar a la mentira que he aludido han llegado los triunfos de estos hombres que han puesto en evidencia a las figuras legendarias del escalafón. ¿Qué viene esto a decir? Dice, sencillamente que, cualquiera de los profesionales que tenemos en la actualidad, de tener oportunidades pueden estar al nivel de los más grandes.

Ellos, los chavales que se han reivindicado en los ruedos, la mayoría de ellos, de tener la menor oportunidad, salen a flote porque su torería así lo demanda; es más, así debe ser para que de una santa vez haya un cambio en el escalafón que, como se sabe, a El Juli nos lo sabemos de memoria, por citar a uno de los que matan el torito a modo sin apenas riesgo aparente. Algunos de los diestros antes citados, hasta se han jactado de triunfar lidiando toros con casta y peligro; es decir, enfrentándose al toro de verdad, el que pone la auténtica emoción en los ruedos.

Este año, como sabemos, dejaron “entrar” en el circuito de las ferias a López Simón y a Roca Rey y, ambos, sin despeinarse, han jugado un papel importantísimo en los ruedos. Como siempre dije, con el toro de las figuras, cualquiera puede llegar a serlo, la prueba son los chicos citados que, sin tener nada del otro mundo se han hartado de torear y triunfar, con ese tipo de toros que lidian las figuras. Una pena que un toro golpeara de mala manera a Roca Rey, teniendo que cortar la temporada en Palencia.

Dentro de lo que llamamos la verdad del toreo encuadramos a Manolo Escribano que, como sabemos, casi que se deja la vida en Alicante, pero de no haber surgido ese horrible percance, el diestro de Gerena habría terminado la temporada con muchos festejos y, lo que es mejor, con un balance de éxitos tan grande como el que llevaba hasta el día del percance. Cobradiezmos, el “Victorino” que indultó en Sevilla es la prueba de lo que digo. Desde aquí le deseamos al bravo Escribano que se recupere de una santa vez  para que, desde sus manos y sentidos, los aficionados se sigan emocionando con la verdad de su toreo.

Tras todo lo expuesto debo decir que, el día que haya una apertura total en los carteles de las ferias de España y Francia, desde ese momento habrá sorpresas mayúsculas; es más, todo es un coto cerrado y, los hombres que he citado, en un descuido que han tenido los “gerifaltes” del toreo se les han colado dentro y hay formado la mundial, siempre, para gozo de los aficionados que han disfrutado de la novedad o, en el peor de los casos de la verdad.

Foto: laverdad.es