Terminó el larguísimo -y por lo leído en el magnifico cubrimiento de Opinionytoros y algunos otros referentes de opinión- el aburridísimo serial madrileño, que hace unos años concatena la feria de San Isidro con el invento de la feria de aniversario.
Treinta y dos días seguidos de toros ¿Y que ha pasado? Nada. Las orejas se cuentan con los dedos de las manos, las grandes faenas brillan por su ausencia, la única puerta grande para toreros de a pie no fue tal y corrobora la escasísima entidad que ha pasado a tener aquello de salir a hombros en Madrid, apenas Morante pudo despertar al público de su letargo y poquito más. Y entonces cabe otra pregunta ¿Y que pasará? Tampoco nada. Todo seguirá tal cual como si estuviéramos en Enero, excepto para Julio Aparicio que sufrió una espeluznante cornada que nos estremeció a todos y de la que afortunadamente se sigue recuperando.
Como habrá sido todo que en los resúmenes de los abonos madrileños creo que saldrán a relucir más las actuaciones de los subalternos que en muchos casos han demostrado mayor torería que sus mismos jefes, y también que muchos toros se fueron con las orejas puestas ya que el escalafón actual no supo y no pudo aprovechar las pocas embestidas que permitieron los toros que sirvieron.
Lo mas preocupante es que el resultado de la feria no es para nada inesperado, se veía venir desde que se anuncio la feria, a la que cada vez mas le bajan el listón con unos carteles que en muchos lugares no llevarían a mas de cien personas y por sobre todo porque el ganado anunciado no corresponde a la seriedad que representa la plaza más importante del mundo.
Pero al punto al que quiero ir, es que ha pasado la feria y de aquí en adelante no va a pasar nada, las figuras, a pesar de haber fracasado saldrán indemnes y torearan sus respectivas sesenta corridas que les faltan de la temporada sin acusar su mala nota ante el público madrileño. ¿O acaso alguien le echará en cara a Perera que sigue siendo un pegapases más? ¿O a Castella se le recriminará el arrimón a todos los toros así pidan distancias?, ¿O a Cayetano la harán ver que aún sigue verde como un limón? ¿O a El Cid le aconsejarán que se tome un respiro para que salga del bache? ¿O alguien le dirá a El Juli que sigue toreando con todas las ventajas posibles?
Los toreros modestos que medio lograron levantar cabeza les resultará igual de difícil encontrar un hueco en alguna feria de agosto. Un triunfo en Madrid ya no es lo de antes porque con tanto triunfito se han encargado de devaluar la plaza y porque los taurinillos arman todas las ferias desde febrero.
Las vacadas que aburrieron a propios y a extraños durante treinta días seguirán siendo anunciadas no solo en Madrid sino en el resto de las ferias de España sin que algún empresario se atreva siquiera a decir ¿oye pero y si salen igual que los de Madrid?
Y la empresa creerá y de seguro afirmará que la feria no ha sido tan mala y tendrá el descaro de pedir una prórroga más y lo más grave es que se la concederán para que todo siga igual o peor.
Y en medio de todo esto lo que más aterra es que el público seguirá consintiendo que lo pasen por bajo y seguirá asistiendo a la maratónica feria sin exigir tampoco nada.