Uno va con la ilusión de ver al inmenso José Tomás, y apenas se apresta a registrarse en la glamorosa Air France, y le anuncian que el vuelo está retrasado un día, muchas explicaciones que en la realidad no valen nada; bueno… esto no fue ningún impedimento para que decayera el ánimo y el deseo de estar presentes en tan histórica fecha, como lo fue, sin lugar a dudas la encerrona del artista de Galapagar, José Tomás.
El inmeso artista de Galapagar
¡Por fin!, uno aterriza en Madrid, va de inmediato a Barcelona vía ese maravilloso tren rápido… el AVE, y comenzamos a vivir las interminables tertulias que se van sucediendo de forma entusiasta, en una ciudad que para unos cuantos intolerantes y buscadores del fácil reconocimiento que les ha negado la vida es... “antitaurina”, y para muchos… ¡muchísimos!, se ha convertido gracias a su monumental plaza, en la Capilla Sixtina del Toreo, en donde confluyen miles y miles de aficionados del mundo, no sólo catalanes, sino de toda España, al igual que de Francia, México, Colombia, Ecuador, Venezuela, Perú, Japón, Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Italia, Rusia, etcétera, etcétera, etcétera.
El poder de convocatoria del artista de Galapagar, reivindica a través de su excelsa tauromaquia mostrada en el redondel barcelonés, la grandeza de la Fiesta, haciendo sucumbir a casi todos, por los sólidos argumentos que sustenta.
Seis faenas diversas por la capacidad imaginativa de José Tomás, en donde convive la sensibilidad, el valor y la sencillez del trazo, que logra llevar a la sublime locura; la variedad en quites con la capichuela, y de pases con la muleta, convirtió ese hecho histórico en inolvidable.
No… no fue el José Tomás con tintes suicidas, no. Ha sido un José Tomás ungido por el halo divino, que consiguió el éxtasis por la solidez de su arte e incontenible sentimiento.
Día inolvidable, que ya ha quedado escrito con letras de oro para la historia del toreo.
Y… después, a visitar a los maravillosos amigos, quienes nos hacen recomendaciones de los libros escritos para José Tomás.
¡Por supuesto!, que como número uno no se debe dejar de leer el de mi gran amigo, e indudablemente prestigiado escritor, Carlos Abella, interesantísimo libro biográfico que se ha hecho con una precisión impresionante.
Antes de ir a la Madre Patria, ese libro ya está leído y guardado en el lugar taurino más preciado, y del que en breve me permitiré hacer mis comentarios.
Además existe mucha bibliografía josetomasiana, que hemos adquirido.
Y… de regreso a México, queda todo ese caudal de nuevos libros debidamente guardados en la maleta, y… ¡oh sopresa!, al arribo a nuestra amada patria, Air France... ¡ha perdido la maleta!, y con ello nuestro acervo bibliográfico josetomasiano.
¡Vaya con esta línea aérea!, en verdad que se ha puesto imposible, si no se le caen los aviones, deja plantados a sus viajeros sin dar solución conducente, o les pierden las maletas acompañado del absurdo comentario: "lo sentimos mucho", aunque en la realidad no sientan nada; mal… muy mal.

Una línea no muy recomendable
No obstante, el haber sido testigos de tan histórica fecha en la taurinísima Barcelona el pasado 5 de julio, queda grabada en la memoria como hecho imperecedero, y eso... eso es un hecho contundente.