El próximo domingo 5 de julio, nuevamente José Tomás se hizo de otro reto... torear en lo que es en la actualidad, la ciudad española más controvertida en cuanto a la Fiesta de los Toros se refiere… Barcelona; justamente ahí enfrentará en solitario, o como decimos en México, se encerrará, con seis ejemplares, para dar muestra inobjetable de su imponente tauromaquia que ha convencido, incluso, hasta en Barcelona.

El artista de Galapagar
Todavía me queda el recuerdo de su reaparición ahí, en Barcelona, un lleno hasta la bandera… miles de aficionados taurinos cubrieron el aforo del coso, mientras afuera apenas y un centenar de “antitaurinos”, intentaban impedir el acceso a través de la agresión, incluso más allá de lo verbal.
Sí… antituaurinos que no son más que seres acomplejados e intolerantes, que todo pareciera no se soportan ni a ellos mismos; y que buscan afanosamente, sobre todo en el espectáculo taurino, un foro para conseguir el reconocimiento que nunca han tenido en su vida.
Efectivamente, la Fiesta se ha convertido para ellos, en el mejor escaparate para ser vistos y conocidos, más allá de sus limitaciones, de sus casas y de la parentela. Por eso sostienen esa intolerante lucha sin cuartel, para conseguir el reconocimiento que nunca han tenido, y que seguramente jamás podrán obtener.
Con la absurda pretensión de humanizar a los animales, andan por el mundo tratando de convencer de lo que es imposible que ocurra; porque está tan claro como el agua cristalina, que un toro es imposible que pueda llegar a tener la categoría de ser humano… ni los demás integrantes del reino animal en su sección irracional, pueden poseer las características del ser humano. De lo contrario entonces en lugar de ser animales irracionales, tendrían que ser necesariamente… seres humanos.
De no existir la Fiesta, es muy posible que el toro bravo ya se hubiera extinguido hace ya varios siglos.
No obstante, eso no será ningún impedimento para que el ya inminente domingo en Barcelona, nos reunamos todos los que amamos profundamente la Fiesta de los Toros, llenos a reventar al coso catalán con el fin degustar las creaciones que se irán sucediendo, a través del sentimiento e inspiración desbordados del artista de Galapagar.
De ver como a través de su valor sin cortapisas, logra pisar terrenos tan comprometidos, rebasando más allá del nivel de la jurisdicción que delimita el toro, y que en José Tomás se convierte el reto para así consolidar las faenas más intensas, más dramáticas, pero inmersas en la sublime locura que lleva a la agonía y al éxtasis.
La hazaña heroica que conmueve y desquicia por su inobjetable verdad.
No queda más que esperar unos días para que podamos degustar del imponente arte de José Tomás.
Nos vemos el domingo… en Barcelona.