Vamos a analizar los carteles que se anuncian para la temporada bogotana, unos carteles que mantienen el tono altísimo que han tenido en estos últimos años pero que sin embargo mirándolos a profundidad están un puntito abajo de los del año anterior que eso sí, tenían el handicap de ser los de la despedida del maestro Rincón, pero es que el año anterior además estuvieron Ponce, Perera y Castella que este año no están.
Lo destacado
Tienen la exclusiva participación en Suramérica del torero que más expectativa causa en la afición en el mundo, José Tomás, bombazo por donde se le mire y más este año después de su doble actuación en Madrid que debió incrementar aún más sus exigencias económicas.
Mérito añadido al anuncio del hoy más esperado torero del mundo es que lo lograron acartelar con otra figura importante del escalafón, cosa que el de Galapagar ha permitido poco en Europa, esta acompañado de Manzanares hijo, que poco a poco va construyendo su propia historia en el coso bogotano. Ese día va Sebastián Vargas que deberá aprovechar la vitrina en el quizás cartel mas importante que conforme el cucuteño en lo que tiene de vida torera, a mi me hubiera gustado ver a Diego González en este cartel por el carácter del cartel, pero repito es para mi gusto y Sebastián tiene bien merecido su puesto.
La vuelta de Morante de la Puebla, un torero que a poco que un toro le meta la cabeza puede ser un suceso y puede calar muy profundo en la recia pero también fina afición bogotana,
Ese cartel en donde se encuentra Morante está muy bien rematado con Pepe Manrique, en la temporada en la que debe demostrar que esta para coger la batuta de la torería nacional y el siempre bien recibido en Bogotá, Julián López.
La presencia también exclusiva de Cayetano que seguramente llamará la atención de la alta sociedad bogotana y de las revistas del corazón locales pero cargada también de expectativa taurina para ver in situ lo que cuentan de su empaque y de los toques que recuerdan a su abuelo
Las dos tardes de Luis Bolívar que se las ha ganado a pulso, tanto en el ruedo bogotano como en su durísima y admirable temporada europea.
Volver a anunciar la corrida de los colombianos, este año con presencia ecuatoriana, con la corrida de Achury Viejo combinación que hace dos años nos dejo saborear una tarde de lo más agradable.
El primer fin de semana es un estupendo abrebocas de la temporada, la novillada esta muy bien conjuntada, tiene atractivo por donde se le mire, al igual que la corrida de rejones que reune a dos rejoneadores europeos de importancia y la merecida repetición de Jorge Piraquive
Ahora pasemos a lo que por lo menos para mi no suena tan bien o le quita ese punto del que hablo al inicio
Lo primero para señalar es que esas corridas mixtas no tienen la categoría de un cartel completo de tres matadores, lo hemos criticado cuando lo hacen en Cali pues no va a ser menos si lo hacen en Bogotá, esta es una corrida como coja que suena a festejo de menor entidad, en ese cartel debió estar anunciado Castella, Perera o El Cid.
Las dos tardes de “El Juli” no se justifican dada su actuación del año anterior que fue de lo mas vulgar que se le ha visto a Julián en Bogotá, aunque repito acá en Bogotá es muy querido y seguro que no se pondrán pegas, lo mismo, en uno de sus puestos pudo entrar Castella, Perera o El Cid.
También para mi suena odioso el que la ganadería de la casa repita dos tardes, lo mejor es siempre abrir el abanico a mas ganaderías mas cuando en todo el año vemos 7 corridas de toros en la ciudad, contando la corrida de verano, y es bueno ver todo tipo de ganaderías.
Los subalternos colombianos quizás se embolsillarán unos pesos más pero han quitado un puesto a un torero colombiano que como Manuel Libardo hubiera encajado perfecto en el cartel del 15 de febrero, todo por dárselas de “finos” en Agosto, así creen que apoyan a la torería nacional, pues allá ellos.
Esta vez no voy a criticar, aunque si se lamenta, lo no presencia de la ganadería con más poder e interés de toda la cabaña brava colombiana, los Mondoñedos, pues sé que se hizo el intento de traerlos como lo pide la afición pero por cosas de despachos no se pudo llegar a feliz acuerdo aunque se abre la esperanza de volverlos a ver en la Santamaría pues sé que las dos partes hoy están mas cerca que hace dos años.
En resumen una muy buena y lograda temporada, que conserva el carácter de plaza grande e importante que la empresa le ha dado a la plaza bogotana pero que con un par de ajustes hubiera quedado de postín, como lo fue la del año anterior.