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Pla Ventura |
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España |
[
10/09/2004 ] |
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En la madrugada del día 9 de septiembre del 2004, es decir, el año en curso, me llega la noticia de la muerte de Matías Prats. Yo sabía, por un amigo común, de su delicado estado de salud; eran 90 juveniles años pero que, al maestro, también le pesaban. Confieso que, la noticia, me resquebrajó el alma; mi pesar, a sabiendas de que, el gran Matías Prats ha muerto, digamos que, de forma muy natural dada su edad, no por ello, nadie de los que le quisimos, dejaremos de sentir el vacío en nuestras almas. Sepamos que, Matías cosechó amigos por todo el orbe y, quien suscribe, tuvo la dicha de ser uno de ellos. La distancia que nos separaba, Madrid-Alicante, nunca resultó ser impedimento para que, el genial periodista cordobés, me concediera el alto honor de su amistad; todos los años, el primer día de enero, como cita obligada, sonaba el teléfono y, era Matías Prats para felicitarme la llegada del nuevo año y, ante todo, para recordar viejas anécdotas. Era delicioso escucharle; amable, sencillo, inteligente, culto; una enciclopedia andante que, para colmo, amaba a sus amigos que, no éramos otros que, los que, como es mi caso, a través de los toros, tuvimos la fortuna de conocerle; en los toros y en todas las esferas del periodismo porque, dicho sea de paso, Matías Prats, en la profesión, llegó a la mas alta cima. Guardo innumerables anécdotas que, brotadas del fondo de su corazón, tanta dicha me reportaron. Entre tantas cosas bellas, aquel prólogo para mi libro RETAZOS DE MI GENTE que, como se demostró, le salió del fondo de su alma: y el día que publicitó mi libro LAS DESGARRADAS ENTREVISTAS DE PLA VENTURA, desde la plaza de toros de Quito en que, el realizador, a instancias de Matías Prats, mostraba mi libro cuando un grupo de personas lo estaban leyendo en el coso de Iñaquito. Jamás podré olvidar cuando invité al maestro para que, juntos, diéramos una conferencia de toros en Alcoy y, a pesar de que su agenda siempre estaba repleta, en vuelo de ida y vuelta, tuvimos la dicha de compartir a su lado una noche memorable. Como explico, podría citar decenas, cientos de anécdotas relacionadas con el inolvidable Matías Prats del que, a Dios gracias, tantas lecciones bellas me entregó. Mi último encuentro con el maestro tuvo lugar este año cuando, al recibir mi último presente, como él definía a los libros que yo le enviaba, me llamó para darme las gracias por mi obsequio. “ Tu producción y talento, siguen en aumento, querido Pla Ventura” me dijo. Son, claro está, las palabras que jamás olvidaré de un hombre entrañable que, como explico, amó como a nadie a su profesión, a los suyos y, por encima de todo, a los que fuimos sus amigos. Que Dios te tenga en su vera, admirado Matías Prats, amigo del alma. |
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