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Haga sol, truene, relampaguée, llueva, la Plaza de Toros Monumental Román Eduardo Sandia de Mérida, Municipio Libertador del Estado Mérida, región andina venezolana, cada tarde, de lunes a viernes, siente en su arena, el ímpetu, corre corre, las ruedas del carretón, en el aprendizaje de los alumnos de la Escuela Taurina Taurina Humberto Alvarez, de la mano de sus Instructores, algunos matadores de toros, otros Aficionados Prácticos como Leonardo Salas Sopita que enseña lo que sabe, lo que lleva muy por dentro de sí, a los infantes ávidos de saber todo lo del mundo del toro.  El aprendiz escucha atento a su Maestro "Sopita" El Sopita como le conocemos en el medio taurino merideño, el gusanillo taurino está bien sembrado en su humanidad, no pierde tiempo cuando acude a la Román Eduardo Sandia a observar a los alumnos de la Humberto Alvarez a quienes les transmite, comparte, sus conocimientos de lo del toro, es el Maestro de la futura generación de relevo de la Cantera Taurina Venezolana.
 Simbiosis del veterano y el principiante en lo del toro Engrandece a nuestra Fiesta Brava, en estos tiempos de crisis, la obra educativa de un gran aficionado taurino, todo un Aficionado Práctico de por vida, como lo es, Leonardo Salas Sopita, por cierto padre del novillero José Antonio Salas Pirela, hoy en la Escuela del ganadero Carlos Aragón, España y vaya este sentido reconocimiento, a esa labor educativa instructiva con los alumnos de nuestra Escuela Taurina Humberto Alvarez, sin menospreciar al resto de Instructores que hacen lo mismo que él, va esta y olé.
Fotos: Escuela Taurina H.A.
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