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Con dos tercios de entrada se han lidiado toros para rejones de Ángel Sánchez y Sánchez manejables y de Torrehandilla para lidia a pie, correctos de presencia, nobles pero muy flojos.
Diego Ventura, oreja y oreja
López Simón, oreja y silencio
Álvaro Lorenzo, oreja y oreja. Actuó de sobresaliente Álvaro de la Calle.
 Foto archivo Los jandillas de Torrehandilla tuvieron tanta nobleza como falta de fortaleza, algunos rozando la invalidez, condicionando el desarrollo del festejo.
Manejables, de buen juego los murubes de rejones. De los de lidia a pie: Bravo y codicioso pero muy flojo el segundo. Desrazado el tercero. Casi inválido el quinto. Noble, de dulce embestida el que cerraba plaza.
Importante actuación de Álvaro Lorenzo, talento, ambición y cabeza del torero de Toledo.
Templó de costado Diego Ventura al que abría plaza, un toro que ofreció buen juego siguiendo en todo momento las cabalgaduras de Ventura. Brillante con las banderillas, ajuste en los quiebros sobre “Ritz”, mató de un rejonazo tras pinchar en el primer intento.
En su segundo turno firmó una brillante actuación en la que conectó rápidamente con el público pontevedrés. Los mejores momentos, citando de punta a punta sobre “Sueño” también destacó en el último tramo con las banderillas cortas al violín. Deficiente con los aceros, necesitó de dos rejonazos que clavó muy trasero.
Galopó en banderillas el jabonero segundo, al que había medido el castigo en varas Ángel Rivas. Faena acelerada de López Simón a un toro bravo y codicioso pero flojo, al que no le pudo bajar la mano. Labor sin respiro casi toda ella por la diestra, se pegó un arrimón final, acabando de rodillas antes de dejar una estocada entera y tendida.
Abanto de salida el tercero, tras una desordenada lidia en los primeros tercios Álvaro Lorenzo se hizo con el control. Se puso enseguida sobre la diestra ofreciendo la muleta muy plana, trazo largo en sus muletazos. Sin embargo el toro duró un suspiro y su actuación fue a menos, recurriendo al cuerpo a cuerpo entre los pitones. Mató de una estocada entera y trasera.
Inédito López Simón con el quinto, un toro que se derrumbó tras salir del caballo. Lo intentó pero ante las nulas opciones y las airadas protestas del público decidió abreviar quitándose de delante al inválido.
Encajado lanceó Lorenzo a la verónica al que cerraba función. Cabeza, buenas maneras, desparpajo en un torero con más oficio que el que muestran las frías cifras del escalafón. Buen planteamiento de faena con un toro de dulce embestida, sitio y sin tirones, el toledano le ofrecía la muleta para ligar los muletazos. Faena en la que hubo temple y ligazón, aunque no le pudiera bajar la mano. Contundente nuevamente con la espada.
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