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Con un tercio de entrada se han lidiado cinco toros de La Quinta y un sobrero (4º bis) de Hdros. Conde de Cabral, de desigual juego.
El Cid, ovación y silencio
Fernando Robleño, ovación y oreja
Joselito Adame, oreja y oreja. Joselito Adame en hombros. Foto: Prensa Joselito Adame Debutaba Joselito Adame en Gijón, y cumplió con lo que está estipulando estos años, torero que debuta, torero que sale a hombros. El Cid entró por la puerta de la sustitución, tras indultar un toro en Santander el pasado día 30, y Robleño volvía con una corrida de las que es especialista. Saludaron en banderillas Ramón Moya, Roberto Martín y Fernando Sánchez.
 El Cid con la izquierda En el primero de la tarde, El Cid, lo recibe con verónicas sacándolo hacia los medios, rematando con una gran media, en el caballo lo pica poquito, y el toro aprieta a Pirri en los rehiletes. Muy bien Alcalareño en la brega. Se dobla por bajo, para poderle, y busca unos terrenos donde no moleste mucho el viento, -vaya dos días que llevamos- y lo empieza a torear al natural. Se está recuperando Manuel Jesús, necesario para la Fiesta que un torero como él vuelva a su sitio. Disfruta tanto, que hasta se gusta al torear. Pero sigue con su talón de Aquiles, y deja un pinchazo hondo, que necesita el descabello, y cambia una oreja por unos saludos desde el tercio.
 El derribo del de La Quinta El cuarto toro, un cárdeno claro, muy bonito, derriba al picador que cae de cabeza, y al caer, raja el costillar del toro, dejando una imagen poco agradable de ver. El público soberano protesta, y el Presidente cede a la bronca echando al corral un toro al que se le podría haber cortado las dos orejas. Vaya calidad que tenía. La gente, que no tiene mucha idea, y el Presidente, que tuvo acojonaditis de la bronca que le podía caer si lo mantenía en la plaza, nos dejaron con las ganas de disfrutar un gran toro, y lo cambiaron por un sobrero de Conde de Cabral, muy malo, con el que El Cid no puede hacer absolutamente nada, lo mata de una estocada tras un pinchazo y se le silencia su labor.
 Robleño aceptando el compromiso Muy importante estuvo Fernando Robleño en sus dos toros, pero especialmente en el quinto. Una gran faena, los toques ni existían de los suaves que los daba, parecía que el toro iba atado a su muleta, como si fuera hipnotizado, o si la franela fuese un imán para el toro. Mató de una estocada caída y cortó una merecidísima oreja.
A su primero comienza doblándose por bajo, lo cita mucho ayudándose con la voz, lo llevó muy tapado con la muleta, lo mató de una estocada desprendida, que cobró un rápido efecto, y saludó desde el tercio.
 Joselito Adame con la diestra Adame, que como dije arriba triunfó, realizó dos faenas muy importantes. Gustó mucho al público. Lo bueno se hace esperar, y fueron varios años esperando a que el de Aguascalientes toreara en Gijón. Al primero lo torea por la diestra, muy templadito, lo mata de una estocada y corta una oreja.
Al sexto, le realiza una faena, más bonita, con un temple extraordinario, le brinda el toro a Ventura. Naturales de ensueño, con calma, realiza molinetes, pases con una rodilla en el suelo… Para terminar, pone el estoque vertical en el ruedo para torear al natural con la diestra y rápidamente realiza unas luquesinas. Mata de una estocada tendida y contraria, y corta una oreja que le abre la Puerta Grande.
Fotos: Javier Soto
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