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La popularidad de la Fiesta de los Toros seguramente viene determinada por las grandes faenas o, quizás, por las grandes tragedias, que suelen tener más eco mediático, pero lo que en realidad mantiene viva a la Tauromaquia en general son las pequeñas cosas. Sin ese chaval que tiene una afición desmedida y se apunta a una Escuela Taurina, no habría hoy en día posibilidad de grandes figuras; sin ese ganadero que compensa, con otras actividades más productivas, las pérdidas generadas por la cría uno de los animales más bellos de la creación; sin ese montón de profesionales que, en pequeñas parcelas, generan una enorme actividad económica – sastres, puyeros, cuadras de caballos, cartelistas, empresarios, veterinarios, impresores fotógrafos, pintores, periodistas, transportistas, etc.- ; sin el público, los aficionados, las peñas y asociaciones que mantienen viva la llama de la Fiesta, desaparecería por sí sola. Precisamente por eso, porque son tantas pequeñas cosas las que hacen grade la Tauromaquia, no podrán destruirla por más que se empeñen en feroces ataques. En esta guerra sin cuartel que se ha desatado contra la fiesta de los Toros, el Club Internacional Taurino, como viene haciendo todos estos años, quiere poner su granito de arena, y el próximo día 2 de abril, a las 2 de la tarde, en el Hotel Velázquez de Madrid, rendirá un homenaje al matador de toros colombiano César Rincón, por su dedicación, tanto en su país como en España, en la defensa de este arte que algunos son incapaces de ver y sentir. En este mismo acto en el que serán nombrados socios de honor honorables aficionados que con su esfuerzo y dedicación han contribuido a la difusión de la Tauromaquia, también se rendirá un homenaje a la Escuela de Tauromaquia de Madrid, que tanto ha dado a la Fiesta de los toros y que en estos momentos, por incomprensibles razones para quien tenga una mente medianamente democrática, están tratando de arrojar al abismo. Tenemos la desgracia de topar en estos tiempos con la dictadura de las minorías: lo que me gusta a mí te lo impongo y lo que no me gusta, lo prohíbo. |
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